Ejemplos de inteligencia emocional
La buena noticia es que las habilidades de inteligencia emocional se pueden fortalecer y algo que te puede ayudar a lograrlo es comprender cómo actúan las personas con alta inteligencia emocional.
6 RECURSOS
En esta sección encontrarás 14 ejemplos que te permitirán comprender cómo actuar con inteligencia emocional.
Tu inteligencia emocional es tu habilidad para identificar tus emociones y gestionarlas, de tal forma que puedas relacionarte satisfactoriamente con los demás y producir los resultados que deseas.
De acuerdo con Psychology Today un individuo emocionalmente inteligente es muy consciente de sus propios estados emocionales y es capaz de identificarlos y manejarlos.
Ejemplos de inteligencia emocional
Adicionalmente, si deseas ver un resumen de los puntos más importantes de esta guía, puedes ver nuestro video Inteligencia Emocional: Qué es y cómo desarrollarla:
Ejemplo 1. Comprendes tus emociones:
Cuando sientes una emoción eres capaz de reconocerla, identificar que sientes, darle un nombre y comprender qué eventos y pensamientos están disparando la emoción. Eso es autoconsciencia.
Además, te conoces y sabes cuáles son las situaciones que provocan en ti determinadas respuestas emocionales.
Por ejemplo, sientes preocupación, e identificas que la emoción que estás sintiendo es miedo.
También te das cuenta que la situación en la que sientes miedo es cuando tu equipo comete errores.
Y además identificas el pensamiento que origina el miedo.
Un pensamiento como por ejemplo: “No vamos a ser capaces de cumplir los objetivos”.
Ejemplo 2. Gestionas tus emociones cuando aparecen:
Una vez eres consciente de lo que estás sintiendo, puedes hacer una pausa, cuestionar tus pensamientos, tomar perspectiva, regular tus emociones y en vez de reaccionar impulsivamente, eres capaz de decidir conscientemente cómo quieres utilizar esa emoción para responder a la situación con asertividad.
Es decir que puedes gestionar tus emociones.
Siguiendo con el ejemplo anterior, cuestionas el pensamiento que te hace sentir miedo y te das cuenta que tu equipo y tú tienen la capacidad de resolver el error.
Entonces puedes mantener la compostura y, en vez de comunicarte desde el miedo y la preocupación, te comunicas de forma asertiva y empática con tu equipo, y lo ayudas a encontrar soluciones.
Ejemplo 3. Confías en tu capacidad para conseguir tus objetivos:
Cuando sabes gestionar tus emociones aprendes a cuestionar, y a dejar pasar, pensamientos inútiles que te hacen sentir inseguridad.
Y enfocas tu energía en cultivar y nutrir pensamientos útiles que te empoderan y te llenan de autoconfianza.
Por ejemplo, si aparece en tu mente un pensamiento inútil cómo: “No voy a ser capaz”...
... dejas pasar este pensamiento y te recuerdas que posees muchas habilidades que en otras ocasiones te han permitido lograr lo que te has propuesto.
Ejemplo 4. Te automotivas:
Cuando fortaleces tu autoconfianza y regulas tus emociones, eres capaz de enfocarte en los objetivos que son importantes para ti.
Además, si aparecen obstáculos te automotivas para superarlos.
Por ejemplo, cuando te sientes desanimado, te recuerdas por qué es importante para ti alcanzar tus metas.
También tienes presentes los beneficios que obtendrás si logras lo que te propones, y si realizas las acciones que te ayudarán a conseguir tus objetivos.
Ejemplo 5. Escuchas activamente a los demás:
Al gestionar tus emociones eres capaz de escuchar activamente para comprender la forma en que las demás personas piensan y actúan.
Por ejemplo, cuando una persona tiene un punto de vista diferente al tuyo, mientras la persona está explicando cuál es su perspectiva, enfocas toda tu atención en esa persona.
La escuchas con curiosidad y receptividad, buscando entender por qué piensa y actúa de la forma en que lo hace.
Y de verdad pones atención a lo que dice, en vez de estar pensando en cómo contradecirla.
Ejemplo 6. Muestras empatía:
Cuando tomas perspectiva y escuchas puedes ponerte en lugar de las demás personas.
Puedes comprender sus emociones, necesidades y puntos de vista, y actuar con compasión.
En vez de juzgar a los demás, te das cuenta cuáles emociones y creencias los llevan a comportarse de la forma en que lo hacen.
Por ejemplo, puedes ver que cuando tu compañero no te ayudó, no era porque tuviera una mala intención, sino porque tenía tanto trabajo que no contaba con tiempo para hacerte el favor que necesitabas.
Ejemplo 7. Te comunicas asertivamente:
Al gestionar tus emociones puedes comunicarte con asertividad y expresarte con seguridad, calma, firmeza, empatía y respeto.
Por ejemplo, cuando expresas tus emociones lo haces en primera persona haciéndote responsable por tus interpretaciones y emociones.
Y en vez de decir: “Es que yo no te importó y me haces sentir solo”.
Puedes decir: “Cuando me dijiste que no me podías ayudar, yo lo interpreté como que no era importante para ti y me sentí solo. ¿Es correcta mi interpretación o por qué no me pudiste ayudar?
Si lo deseas puedes escuchar el episodio de nuestro podcast: 14 tips para un feedback efectivo
Ejemplo 8. Manejas los conflictos de forma constructiva:
Si te comunicas de forma asertiva y regulas tus emociones, puedes manejar los conflictos de forma constructiva.
Por ejemplo, en vez de reaccionar en piloto automático, y dejar que tu ego y emociones te dominen, puedes hacer una pausa, cuestionar tus interpretaciones, y buscar una forma más útil de pensar que te ayude a estar más tranquilo para dialogar.
Una forma de pensar que te ayudaría a sentir más empatía podría ser: “Mi compañero posiblemente no actuó con mala intención. Debe haber una razón por la cual no me pudo ayudar que no sea un ataque personal hacia mí”.
Ejemplo 9. Construyes relaciones fuertes:
Cuando gestionas tus emociones puedes comunicarte asertivamente y con empatía, lo cual va a impactar de forma positiva tus relaciones personales y tu capacidad para trabajar en equipo.
Por ejemplo, cuando las personas ven que te comunicas asertivamente, son más receptivas a escucharte, y te ven como alguien que las trata bien y por lo tanto desean mantener una relación contigo.
Ejemplo 10. Manejas el tiempo y delegas:
Cuando aprendes a gestionar tus emociones eres capaz de confiar, delegar aquello que no te corresponde, decir no asertivamente a algunas solicitudes, y manejar tu tiempo dedicándolo a aquellas actividades que son más importantes para ti.
Por ejemplo, si aprendes a gestionar el miedo a que se dañe tu imagen, posiblemente va a ser más fácil para ti permitir que las personas se hagan responsables por lo que les corresponde.
Ejemplo 11. Te adaptas a los cambios:
Cuando eres consciente de los pensamientos y emociones que generan en ti resistencia al cambio, puedes observarlos, comprender cómo te afectan, ampliar tu perspectiva y relacionarte con tus pensamientos y emociones de forma tal, que puedas adaptarte y responder con resiliencia.
Por ejemplo, en vez de ver los cambios como amenazas o peligros, puedes verlos como oportunidades de crecimiento y aprendizaje.
Ejemplo 12. Consigues tus objetivos:
Tus pensamientos impactan tu estado de ánimo. A su vez, tus emociones influyen en tu comportamiento. Y la forma en que actúas determina los resultados que obtienes.
Por ejemplo, si piensas que “si te arriesgas algo malo va a suceder”, entonces vas a sentir miedo a salir de tu zona conocida, no tomarás riesgos y como resultado renunciaras a lo que deseas.
Por eso, cuando desarrollas tu inteligencia emocional eres capaz de gestionar tus pensamientos y emociones de tal forma que puedes actuar con efectividad para conseguir los objetivos que deseas.
Por ejemplo, puedes pensar que “así como otras personas lo han logrado tú también lo puedes lograr”.
Ejemplo 13. Te ganas la confianza de otros y lideras:
Gestionar tus emociones te ayuda a conseguir objetivos, mantener buenas relaciones y generar buenos resultados.
Por eso, cuando gestionas tus emociones puedes liderar con el ejemplo y aumenta tu capacidad para influir e inspirar a otros.
Por ejemplo, si los demás te ven como un ejemplo de alguien que ha desarrollado su inteligencia emocional, van a confiar más en ti y, en situaciones difíciles, van a estar más abiertas a escucharte y a tener en cuenta tus sugerencias.
Ejemplo 14. Contribuyes al desarrollo de tu equipo:
Autoliderarte empieza por liderar tu mente y emociones para obtener los resultados que buscas. No puedes dar a otros lo que no tienes.
Por eso, desarrollar tu inteligencia emocional no solo te permite autoliderarte y alcanzar tus metas, sino que te permite ayudar a otros a desarrollarse y conseguir sus objetivos.
Por ejemplo, cuando has aprendido a escuchar activamente y con empatía, los demás van a sentir más confianza para compartir contigo sus desafíos, y tú podrás ayudarlos a encontrar soluciones.
En conclusión, tu inteligencia emocional impacta la mayoría de tus capacidades, especialmente todas aquellas habilidades blandas que son necesarias para autoliderarte y liderar a otros, tanto en tu vida personal, como laboral.
Ahora que ya conoces todos estos ejemplos de inteligencia emocional, el siguiente paso es desarrollar tu inteligencia emocional.
Otras investigaciones, también han encontrado una relación entre desarrollar la inteligencia emocional y sentir más satisfacción y menos ansiedad.
De acuerdo con Harvard Business Review las investigaciones han demostrado que un alto cociente emocional (o QE) aumenta el éxito profesional, el talento en el liderazgo, el potencial empresarial, la salud, la satisfacción en las relaciones, el humor y la felicidad.
Beneficios de la Inteligencia emocional
En el ámbito personal tus relaciones (de pareja, familiares, y amistades) se fortalecen y son más armoniosas y constructivas.
Y en el ámbito laboral mejoran tus relaciones de trabajo, tu desempeño y aumenta tu capacidad para aprender.
También hay estudios que sostienen que desarrollar tu inteligencia emocional mejora tu salud en general y fortalece tu sistema inmunitario, al reducir los niveles de estrés, depresión y ansiedad.
Además, al desarrollar tu inteligencia emocional mejoran tu calidad de vida, autoestima y autoconfianza.
Tienes más éxito en tus proyectos.
Sientes más satisfacción en los diferentes aspectos de tu vida.
Y mejoran tus relaciones personales y laborales.
Como lo explicaba en una de mis columnas en Forbes Magazine, necesitas desarrollar tu inteligencia emocional para liderar con éxito.
Porque cuando actúas con inteligencia emocional es más probable que los demás te apoyen, y aumenta tu capacidad para producir los resultados que buscas.
Como si fuera poco, la mayor ventaja de desarrollar tu inteligencia emocional es sentir paz interior, llevar una vida en armonía y ser feliz.
Porque la inteligencia emocional impacta tu capacidad para amarte; para darte seguridad y autoconfianza, y para arriesgarte e ir detrás de lo que quieres.
Y en los momentos difíciles, te permite ser resiliente; manejar los conflictos de forma constructiva, y en vez de derrumbarte, puedes pararte, aprender, crecer y seguir adelante.
Por eso, es muy importante que aprendas cómo desarrollar la inteligencia emocional.
Porque si desarrollas tu inteligencia emocional puedes gestionar tus emociones y si regulas lo que sientes será más fácil para ti comunicarte de forma efectiva.
Como lo demuestran los estudios de Google, desarrollar habilidades de inteligencia emocional también te permite comunicarte con empatía y demostrar interés genuino por los demás, lo cual es indispensable para que tu liderazgo sea efectivo.
Lo cual tiene todo el sentido porque si actúas con inteligencia emocional mantienes la compostura en situaciones difíciles; tratas bien a los demás, y como resultado las personas se sentirán más a gusto contigo y confiarán en ti.
La Sociedad Australiana de Trabajadores Sociales también señala otros beneficios que puedes obtener si desarrollas tu inteligencia emocional:
Aumento de tu rendimiento.
Mejoran tus habilidades para tomar decisiones, manejar el tiempo, realizar presentaciones y tolerar el cambio.
Mejora tu bienestar al disminuir el estrés, aumentar tu tolerancia al estrés y resiliencia, controlar la ira y ser más asertivo.
Opción 1:
Una forma de desarrollar tu inteligencia emocional es empezar trabajando en el desarrollo de tu autoconsciencia que es la base de la inteligencia emocional.
La autoconsciencia es una habilidad básica que necesitas, para poder desarrollar las demás habilidades de inteligencia emocional.
Es tu capacidad para observarte e identificar tus emociones; comprender qué pensamientos y situaciones las disparan, y darte cuenta cómo influyen en tu comportamiento.
Si decides iniciar trabajando en el desarrollo de tu autoconsciencia puedes ir a la sección: Cómo desarrollar la autoconsciencia: 7 ejercicios.
De hecho, un ejercicio de autoconsciencia que puedes realizar es hacer el siguiente: Test de Inteligencia Emocional.
Opción 2:
Otra opción para desarrollar tu inteligencia emocional es empezar eligiendo una de las habilidades de inteligencia emocional y enfocarte en ella.
Puedes empezar por aquella habilidad que te traerá más beneficios mejorar.
Aquella que genere un mayor impacto positivo en tu vida, de acuerdo con tu situación específica y con los desafíos que enfrentas en este momento.
A continuación, puedes elegir la habilidad de inteligencia emocional que más desees desarrollar en este momento y dar clic en ella.
Al dar clic se abrirá una nueva sección en la que encontrarás estrategias y técnicas para el desarrollo de cada habilidad:
- Habilidades sociales y empatía
Y si lo deseas puedes escuchar el episodio de nuestro podcast: Cómo los líderes y emprendedores pueden desarrollar su inteligencia emocional.
Además, independientemente de que elijas la primera o la segunda opción, puedes seguir los siguientes pasos:
Pasos para desarrollar la inteligencia emocional.
De acuerdo con Daniel Goleman, autor del best seller Inteligencia Emocional y doctor en psicología de la Universidad de Harvard, existen ciertos pasos que puedes seguir para desarrollar las habilidades de inteligencia emocional.
Los pasos que propone Goleman son los siguientes:
La mejor manera de recibir retroalimentación sincera y efectiva es a través de evaluaciones de 360 grados anónimas en las que se evalúen tus habilidades de inteligencia emocional.
Al ser anónimas, las personas se sienten con más libertad para ser honestas.
Elige una evaluación en la que identifiques tus fortalezas y oportunidades de mejora con respecto a estas habilidades.
Y que además te permita comprender cuáles son los obstáculos en el desarrollo de tu inteligencia emocional y las acciones que realizas que generan un impacto positivo y negativo.
Si quieres saber más sobre este tipo de evaluaciones puedes tomar nuestro: Curso Gratuito de Desarrollo del Liderazgo.
Paso #3:
El tercer paso es desarrollar un plan de acción para aprender y desarrollar la habilidad de inteligencia emocional específica en la que te estás enfocando.
En mi experiencia como coach, ayudando a mis clientes a desarrollar sus habilidades de inteligencia emocional, para que un plan de acción sea efectivo debe ser muy específico con respecto a los siguientes puntos:
Cierra un momento tus ojos e imagínate qué tipo de persona quieres ser.
Imagina cómo actuarías si desarrollas tu inteligencia emocional y te convirtieras en la mejor versión de ti.
Imagina cómo quieres comportarte y responder en momentos emocionales difíciles.
Imagina qué quieres sentir y transmitir a los demás.
Imagina los beneficios que obtendrías si desarrollas tu inteligencia emocional.
Paso #2:
Según Goleman, el segundo paso es pedir retroalimentación honesta sobre tus habilidades de inteligencia emocional.
Pide retroalimentación a personas que te conozcan en diferentes contextos.
Idealmente a personas que les interese tu crecimiento y que sean honestas y empáticas al dar retroalimentación.
Paso #1:
El primer paso es preguntarte si de verdad te motiva desarrollar tu inteligencia emocional. Si es algo realmente importante para ti.
Porque desarrollar habilidades toma tiempo y esfuerzo. Necesitas desaprender la forma en que te has comportado por muchos años y abrirte a aprender cosas nuevas y a pensar y actuar distinto.
Por eso, algo que te recomiendo hacer es automotivarte antes de emprender el camino de aprendizaje y transformación.
Para automotivarte puedes crear una visión inspiradora del futuro.
Visualización:
Paso #4:
El cuarto paso es contar con una persona que pueda apoyarte y ayudarte a encontrar formas para mejorar.
En un proceso de aprendizaje es normal tener recaídas. Avanzar y retroceder.
Incluido el proceso de desarrollo de habilidades de inteligencia emocional.
No se trata de buscar perfección sino de que avances más de lo que retrocedes y de celebrar tus avances.
Además, muchas veces lo que te impide actuar con inteligencia emocional es ver las situaciones desde una sola perspectiva, que no siempre es efectiva.
Y cómo tu perspectiva está sesgada por tus creencias y experiencias, es útil contar con la ayuda de alguien externo que te ayude a ver las situaciones desde una mentalidad más útil.
Lo importante es que esa persona sea alguien que realmente haya desarrollado la habilidad que tú quieres desarrollar.
Que sea objetivo y quiera lo mejor para ti. Y que quiera hacerlo.
Puede ser un ser querido que también haya pasado por ese proceso de aprendizaje.
Puede ser un compañero o jefe que te sirva como mentor.
En tu plan de acción puedes incorporar distintas técnicas y estrategias para desarrollar tu inteligencia emocional.
Dependiendo de cuál es la habilidad de inteligencia emocional en la que te vas a enfocar, puedes incluir algunas de las siguientes técnicas y estrategias:
Y si deseas seguir desarrollándote también puedes tomar nuestro Curso Gratuito de Desarrollo del Liderazgo.
Paso #5:
El último paso es practicar en todas las oportunidades que se te presenten.
Ten en cuenta que desarrollar una habilidad puede ser un proceso de práctica que te tome algunos meses.
Por último, te invito a que trabajes en tu crecimiento interior y espiritual.
A que te conectes con la energía de amor y sabiduría que habita en ti, y la saques a la luz.
Porque cuando generas espacios para conectarte con tu dimensión espiritual, encuentras paz y empoderamiento en tu interior.
Cuando buscas convertirte en lo mejor de ti, en tu Ser más elevado, mejoran tus relaciones, resultados y liderazgo, y dejas una huella positiva en el mundo.