Qué es la autoconsciencia

Además, la autoconsciencia te permite ver con claridad cuál es tu propósito de vida, valores y visión de futuro.

En otras palabras, te permite saber qué es importante para ti, hacia dónde quieres ir, qué quieres construir, qué tipo de persona quieres ser, qué objetivos quieres alcanzar y qué huella quieres dejar en el mundo.

Inclusive, tu autoconsciencia te permite conectarte con tu dimensión espiritual y escuchar tu intuición o tu voz interior.

De acuerdo con Daniel Goleman, autor del best seller Inteligencia Emocional y doctor en psicología de la Universidad de Harvard , tu autoconsciencia es tu capacidad de reconocer y comprender tus reacciones emocionales.

La autoconsciencia es tu habilidad para observarte. Tu habilidad para identificar y comprender: 

• Qué emociones sientes.
• Qué situaciones y pensamientos te hacen sentir así. 
• Cómo tus emociones se manifiestan en sensaciones en tu cuerpo.
• Cómo tus emociones y pensamientos impactan tus decisiones, acciones y resultados.

También está relacionada con el autoconocimiento. 

Con tu capacidad para mirarte y reconocer tus cualidades, fortalezas, capacidades, oportunidades de mejora, deseos, preferencias, aspiraciones, y la manera en que tiendes a reaccionar en diferentes situaciones.

Es decir, que la autoconsciencia es la habilidad que te permite comprenderte y entender cómo tus creencias y emociones impactan la forma en que actúas y los resultados que obtienes.

Y más importante aún, es fundamental para gestionar tus emociones y para responder con inteligencia emocional en tu trabajo y en tu vida personal.

Necesitas autoconsciencia para gestionar tus emociones, así como necesitas gestionar tus emociones para comunicarte asertivamente, mantener relaciones constructivas, estar en paz contigo, y obtener los resultados que deseas.

Tu autoconsciencia también es tu habilidad para detectar tus diferentes estados emocionales y observar el impacto que tienen en ti, en tu comportamiento y en tu entorno.

Como expliqué en una de las entrevistas que me hicieron en Revista Dinero, necesitas desarrollar tu autoconsciencia para tomar perspectiva y regular lo que sientes.

Como bien lo explica Daniel Goleman la autoconsciencia es la base de muchas de las otras competencias de inteligencia emocional.

Lo cual tiene todo el sentido, porque es necesaria para regular tus emociones y decidir conscientemente cómo actuar con efectividad.

Es la habilidad que te permite comprender cómo tus creencias impactan tu estado emocional.

Y cuando cambias tus creencias puedes cambiar cómo te sientes.

Y al transformar tus emociones puedes tomar decisiones, y realizar acciones, que te permitan obtener los resultados que deseas.

En últimas, para obtener resultados diferentes necesitas ser consciente de las creencias que te impiden lograr lo que deseas, porque tus pensamientos impactan tus emociones; tus emociones impactan tus acciones, y tus acciones determinan tus resultados. 

Por eso, si quieres ser ejemplo de un buen liderazgo, es fundamental que desarrolles tu autoconsciencia para poder gestionar tus pensamientos y emociones de forma efectiva.

Además, la autoconsciencia es una habilidad necesaria para que puedas desarrollar otras habilidades de liderazgo y habilidades de inteligencia emocional.

Juan creía que para que su equipo siguiera sus instrucciones debía ser duro con ellos.

Creía que si las cosas no se hacían de la forma planeada, o de la manera que él consideraba correcta, el equipo no cumpliría con sus objetivos.

De hecho, en ocasiones, cuando estaba con clientes, jefes o personas con “más autoridad”, se quedaba callado y no compartía sus ideas por miedo a quedar mal o a generar conflicto.

Porque creía que algunos de sus clientes o jefes tenían más experiencia o más conocimientos y, por lo tanto, ideas más valiosas.

Y también porque creía que si expresaba su desacuerdo o compartía sus ideas, estas podían ser rechazadas, quedaría mal, y pondría en riesgo su imagen y credibilidad.

Pero el mayor problema de Juan es que ni siquiera se había dado cuenta de cómo todas estas creencias limitantes afectaban su liderazgo.

No se había dado cuenta que estas creencias eran la causa de su miedo, ansiedad, preocupación, temor, frustración y enojo.

No era consciente de cómo estas emociones lo dominaban y afectaban la forma en que se comportaba con sus colaboradores, colegas, clientes y jefes. 

No se había dado cuenta que al estar dominado por sus creencias y emociones no lograba comunicarse con efectividad y asertividad.

No era consciente de cómo sus pensamientos, emociones, comunicación y comportamiento afectaban sus relaciones, y causaban un impacto negativo en sus resultados.

Juan era un jefe que operaba desde el miedo a no perder lo que era importante para él, en vez de operar desde la confianza y el empoderamiento.

Por eso, su liderazgo era reactivo en vez de creativo.

En conclusión, Juan era un jefe, pero no un líder.

Juan era un jefe sin autoconsciencia.

Juan era un jefe que, aunque tenía un equipo de personas a su cargo, no sabía liderar.

No tenía seguidores, ni se había ganado la confianza, respeto y admiración de las personas. 

Por el contrario, intentaba imponer su autoridad infundiendo miedo.

Y aunque Juan reaccionaba con enojo y frustración cuando sus colaboradores cometían errores, o cuando no cumplían sus expectativas, en el fondo se sentía muy asustado.

Tenía miedo de no cumplir con sus objetivos; de quedar mal con sus jefes; de que su equipo no siguiera sus instrucciones; de que se dañara su imagen, y de perder su trabajo.

Si tienes una alta autoconsciencia interna y una baja autoconsciencia externa estás en la categoría de los introspectivos y posiblemente no desafíes tu punto de vista, o no pidas retroalimentación, lo cual puede afectar tus relaciones y éxito.

De acuerdo con más de 10 investigaciones científicas realizadas por Tasha Eurich y su equipo, en las que se examinó la autoconsciencia de aproximadamente 5.000 personas, existen dos tipos de autoconsciencia:

La primera es la autoconsciencia interna, que es tu capacidad para ver con claridad los siguientes aspectos:

Tus propios valores, pasiones, aspiraciones, reacciones, pensamientos, emociones, comportamientos, fortalezas, oportunidades de mejora, y el impacto que produces en los demás. 

La segunda es la autoconsciencia externa, que es la que te permite ver con claridad cómo te ven las demás personas, con relación a los aspectos anteriores. 

Según Eurich, autora del best seller Bankable Leadership, los dos tipos de autoconsciencia son importantes y pueden determinar tu tipo de liderazgo:

Si tu autoconsciencia interna y externa son bajas, estás en la categoría de buscadores y posiblemente te sientas estancado o frustrado con tus relaciones o desempeño.

Si tienes una baja autoconsciencia interna y una alta autoconsciencia externa, estás en la categoría de los complacientes y en el largo plazo posiblemente tus decisiones no te permitan sentir realización o tener éxito.

Somos mejores trabajadores, los que obtienen más promociones. 

Si no quieres que te pase lo que le pasó a Juan, y si quieres actuar con inteligencia emocional, un primer paso que puedes dar es desarrollar tu autoconsciencia.

Desarrollar tu autoconsciencia trae muchísimos beneficios.

Como lo explica Harvard Business Review, las investigaciones sugieren que la autoconsciencia parece haberse convertido en la última palabra de moda en el campo de la gerencia.

Porque cuando nos vemos a nosotros mismos con claridad, tenemos más confianza y somos más creativos. 

Tomamos decisiones más sólidas, construimos relaciones más sólidas y nos comunicamos de manera más eficaz. 

Y Goleman no es el único que enfatiza en la importancia de la autoconsciencia en el liderazgo.

Según un estudio de Cornell University, en el que participaron 72 altos ejecutivos en 31 compañías, los ejecutivos que se enfocaban en los 'resultados a toda costa' en realidad generaban un impacto negativo en el resultado final.

Mientras que los líderes que habían desarrollado su autoconsciencia, y poseían sólidas habilidades interpersonales, generaban un mejor desempeño financiero.

Estas investigaciones también muestran que desarrollar tu autoconsciencia te puede generar mayor satisfacción en tu trabajo y relaciones; más felicidad, y menos ansiedad, depresión y estrés.

Y puede aumentar tu capacidad para mostrar empatía, mejorar tus relaciones con tus colaboradores, y que tu equipo esté más satisfecho contigo, y que te vean como un líder efectivo.

Como lo explicaba en una de mis columnas en Forbes Magazine, necesitas desarrollar tu inteligencia emocional para liderar con éxito.

Porque cuando actúas con inteligencia emocional es más probable que los demás te apoyen, y aumenta tu capacidad para producir los resultados que buscas. 

Como si fuera poco, la mayor ventaja de desarrollar tu inteligencia emocional es sentir paz interior, llevar una vida en armonía y ser feliz. 

Porque la inteligencia emocional impacta tu capacidad para amarte; para darte seguridad y autoconfianza, y para arriesgarte e ir detrás de lo que quieres.

Y en los momentos difíciles, te permite ser resiliente; manejar los conflictos de forma constructiva, y en vez de derrumbarte, puedes pararte, aprender, crecer y seguir adelante.

Por eso, es muy importante que aprendas cómo desarrollar la inteligencia emocional.

Porque si desarrollas tu inteligencia emocional puedes gestionar tus emociones y si regulas lo que sientes será más fácil para ti comunicarte de forma efectiva.

Y diversas investigaciones muestran que desarrollar tu autoconsciencia te puede generar los siguientes beneficios:

• Mejorar tu proactividad, capacidad de aceptación y fomentar un autodesarrollo positivo.
• Mejorar tu habilidad para comprender la perspectiva de los demás, autogestionarte, y trabajar de forma productiva.
• Mejorar tu autoestima y tu autoconfianza.
• Mejorar tu capacidad para tomar decisiones.
• Mejorar tu capacidad para comunicarte en tu trabajo, para realizar tu trabajo y en general, sentir mayor bienestar en tu trabajo.

Ahora que ya sabes qué es la autoconsciencia y por qué es tan importante, el siguiente paso que puedes dar es fortalecer tu autoconsciencia.

Además, los investigadores de este estudio también encontraron que una alta autoconsciencia fue el predictor más fuerte del éxito general. 

Y descubrieron que los ejecutivos que son conscientes de sus debilidades suelen estar en mejores condiciones de contratar a colaboradores que se desempeñen bien en áreas en las que ellos no son tan fuertes.

Opción 1:

Una forma de desarrollar tu inteligencia emocional es empezar trabajando en el desarrollo de tu autoconsciencia que es la base de la inteligencia emocional.

La autoconsciencia es una habilidad básica que necesitas, para poder desarrollar las demás habilidades de inteligencia emocional.

Es tu capacidad para observarte e identificar tus emociones; comprender qué pensamientos y situaciones las disparan, y darte cuenta cómo influyen en tu comportamiento.

Si decides iniciar trabajando en el desarrollo de tu autoconsciencia puedes ir a la sección: Cómo desarrollar la autoconsciencia: 7 ejercicios. 

De hecho, un ejercicio de autoconsciencia que puedes realizar es hacer el siguiente: Test de Inteligencia Emocional. 

Opción 2:

Otra opción para desarrollar tu inteligencia emocional es empezar eligiendo una de las habilidades de inteligencia emocional y enfocarte en ella.

Puedes empezar por aquella habilidad que te traerá más beneficios mejorar.

Aquella que genere un mayor impacto positivo en tu vida, de acuerdo con tu situación específica y con los desafíos que enfrentas en este momento.

A continuación, puedes elegir la habilidad de inteligencia emocional que más desees desarrollar en este momento y dar clic en ella.

Al dar clic se abrirá una nueva sección en la que encontrarás estrategias y técnicas para el desarrollo de cada habilidad:

-  Autoconsciencia

-  Gestión de las emociones

-  Automotivación

-  Habilidades sociales y empatía

-  Autoconfianza y autoestima

Y si lo deseas puedes escuchar el episodio de nuestro podcast: Cómo los líderes y emprendedores pueden desarrollar su inteligencia emocional. 

Además, independientemente de que elijas la primera o la segunda opción, puedes seguir los siguientes pasos:

Pasos para desarrollar la inteligencia emocional.

De acuerdo con Daniel Goleman, autor del best seller Inteligencia Emocional y doctor en psicología de la Universidad de Harvard, existen ciertos pasos que puedes seguir para desarrollar las habilidades de inteligencia emocional. 

Los pasos que propone Goleman son los siguientes:

La mejor manera de recibir retroalimentación sincera y efectiva es a través de evaluaciones de 360 grados anónimas en las que se evalúen tus habilidades de inteligencia emocional.

Al ser anónimas, las personas se sienten con más libertad para ser honestas.

Elige una evaluación en la que identifiques tus fortalezas y oportunidades de mejora con respecto a estas habilidades.

Y que además te permita comprender cuáles son los obstáculos en el desarrollo de tu inteligencia emocional y las acciones que realizas que generan un impacto positivo y negativo.

Si quieres saber más sobre este tipo de evaluaciones puedes tomar nuestro: Curso Gratuito de Desarrollo del Liderazgo.

Paso #3:

El tercer paso es desarrollar un plan de acción para aprender y desarrollar la habilidad de inteligencia emocional específica en la que te estás enfocando.

En mi experiencia como coach, ayudando a mis clientes a desarrollar sus habilidades de inteligencia emocional, para que un plan de acción sea efectivo debe ser muy específico con respecto a los siguientes puntos:

• Qué vas a hacer y cómo lo vas a hacer: Define acciones específicas observables.
• Cuándo lo vas a hacer: Define fecha, hora, frecuencia y duración para cada acción.
• Estructuras: Establece algún tipo de recordatorio que te asegure que vas a llevar a cabo cada una de las acciones.

Cierra un momento tus ojos e imagínate qué tipo de persona quieres ser.

Imagina cómo actuarías si desarrollas tu inteligencia emocional y te convirtieras en la mejor versión de ti.

Imagina cómo quieres comportarte y responder en momentos emocionales difíciles.

Imagina qué quieres sentir y transmitir a los demás.

Imagina los beneficios que obtendrías si desarrollas tu inteligencia emocional.

Paso #2:

Según Goleman, el segundo paso es pedir retroalimentación honesta sobre tus habilidades de inteligencia emocional.

Pide retroalimentación a personas que te conozcan en diferentes contextos.

Idealmente a personas que les interese tu crecimiento y que sean honestas y empáticas al dar retroalimentación.

Paso #1: 

El primer paso es preguntarte si de verdad te motiva desarrollar tu inteligencia emocional. Si es algo realmente importante para ti. 

Porque desarrollar habilidades toma tiempo y esfuerzo. Necesitas desaprender la forma en que te has comportado por muchos años y abrirte a aprender cosas nuevas y a pensar y actuar distinto.

Por eso, algo que te recomiendo hacer es automotivarte antes de emprender el camino de aprendizaje y transformación.

Para automotivarte puedes crear una visión inspiradora del futuro.

Visualización:

Paso #4:

El cuarto paso es contar con una persona que pueda apoyarte y ayudarte a encontrar formas para mejorar.

En un proceso de aprendizaje es normal tener recaídas. Avanzar y retroceder.

Incluido el proceso de desarrollo de habilidades de inteligencia emocional.

No se trata de buscar perfección sino de que avances más de lo que retrocedes y de celebrar tus avances.

Además, muchas veces lo que te impide actuar con inteligencia emocional es ver las situaciones desde una sola perspectiva, que no siempre es efectiva.

Y cómo tu perspectiva está sesgada por tus creencias y experiencias, es útil contar con la ayuda de alguien externo que te ayude a ver las situaciones desde una mentalidad más útil.

Lo importante es que esa persona sea alguien que realmente haya desarrollado la habilidad que tú quieres desarrollar.

Que sea objetivo y quiera lo mejor para ti. Y que quiera hacerlo.

Puede ser un ser querido que también haya pasado por ese proceso de aprendizaje.

Puede ser un compañero o jefe que te sirva como mentor.

En tu plan de acción puedes incorporar distintas técnicas y estrategias para desarrollar tu inteligencia emocional.

Dependiendo de cuál es la habilidad de inteligencia emocional en la que te vas a enfocar, puedes incluir algunas de las siguientes técnicas y estrategias:

Y si deseas fortalecer tu liderazgo, puedes tomar nuestro Curso Gratuito de Liderazgo.

Accede a nuestro curso gratuito aquí:

Según explica Tomas Chamorro-Premuzic, profesor de la Universidad de Columbia y del Laboratorio de Finanzas de Harvard, los buenos programas de coaching funcionan. 

Chamorro explica que la mayoría de las intervenciones de coaching intentan mejorar algún aspecto de la inteligencia emocional a través del entrenamiento en habilidades sociales, blandas o interpersonales.

Y que el coeficiente emocional puede aumentar con la práctica y el entrenamiento.

Paso #5:

El último paso es practicar en todas las oportunidades que se te presenten.

Ten en cuenta que desarrollar una habilidad puede ser un proceso de práctica que te tome algunos meses. 

Por último, te invito a que trabajes en tu crecimiento interior y espiritual.

A que te conectes con la energía de amor y sabiduría que habita en ti, y la saques a la luz. 

Porque cuando generas espacios para conectarte con tu dimensión espiritual, encuentras paz y empoderamiento en tu interior.