Existen formas en las que puedes decir no, sin que esto traiga consecuencias negativas.

Lo importante es mantener un tono de voz amigable y palabras que muestran aprecio, agradecimiento, firmeza y cortesía.

Incluso, dado el caso, puedes proponer una forma distinta de ayudar o incluir tus mejores deseos.

Ejemplo #1: Si te piden hacer algo y no quieres sobrecargarte de tareas en vez de decir:

“No puedo estoy muy ocupado”.

Puedes decir:

“Entiendo que necesitas personas que te apoyen en este proyecto y me encantaría poder ayudarte, solo que en este momento mi agenda está completamente llena. Si más adelante veo que tengo algún espacio, yo mismo te aviso. Te deseo todos los éxitos”.

Ejemplo #2: Supongamos que una persona te está pidiendo que interrumpas tu trabajo y tú necesitas terminar lo que estás haciendo. Puedes decirle algo como:

“Con mucho gusto te ayudo. Hoy tengo otros compromisos y tareas que terminar, pero mañana puedo ayudarte ¿Puedes mañana o buscamos otro momento en el que los dos podamos?'.

Otra opción es:

“De verdad quiero ayudarte, solo que en este momento mi agenda está completamente llena. Si quieres lo podemos ver la otra semana o te puedo indicar como puedes hacerlo tú solo”.

Ejemplo #3:  Una persona te pide que la acompañes a algún lugar, pero tú no puedes ir. En vez de decirle:

“No puedo”.

Puedes decir:

“Gracias por tenerme presente. Me encantaría acompañarte'. 

Desafortunadamente en esta oportunidad no es posible porque ya tengo otro compromiso. Espero que te vaya muy bien”.

Ejemplo #4: Un amigo te invita a salir, pero tú quieres quedarte en tu casa. En vez de decirle:

“No quiero, me parece aburrido”.

Puedes decirle:

“Me encanta compartir tiempo contigo, solo que hoy quiero quedarme en casa. Te propongo que nos veamos mañana y pensemos en una actividad que nos guste a ambos”.

Ejemplo #5: Te invitan a participar en una iniciativa, pero no es una prioridad para ti:

“Gracias por tu amable invitación, lo valoro mucho. Aunque suena increíble, en este momento no es posible para mí participar. Si quieres, puedo ayudarte extendiendo la invitación a otras personas a quienes tal vez les interese”.

Ejemplo #6: Inclusive puede suceder que en el momento quieras decir no, pero te sientas nervioso y no te salgan las palabras o no estés seguro de qué responder. En esos casos puedes usar el aplazamiento asertivo y decir algo como:

“Me encantaría ayudarte, pero no estoy seguro que tenga el tiempo. Mas tarde reviso mi agenda y te doy una respuesta”.

Ejemplo #7: Ahora, veamos unas situaciones donde puede ser más difícil decir que no: peticiones de tu jefe.

Supongamos que tu jefe quiere que te hagas cargo de más proyectos, pero en este momento no te queda tiempo para más. Puedes decirle algo como:

“Gracias por confiar en mí, me parece una oportunidad fantástica y quiero apoyarte. En este momento los proyectos que tengo a mi cargo demandan el 100% de mi tiempo ¿Quieres que deleguemos alguno de mis proyectos actuales al equipo, para poder dedicarle al nuevo proyecto toda la atención que requiere? ¿O qué otra alternativa se te ocurre?”.

Otra situación puede darse cuando te pide que te hagas cargo del trabajo de un compañero, que no es tan organizado como tú y está atrasado. 

Supongamos que esta situación se ha repetido varias veces. En ese caso puedes decirle a tu jefe algo como:

“Gracias por confiar en mí, me hace sentir muy valorado que busques mi apoyo y que confíes en mis capacidades. Me he dado cuenta que se ha vuelto una situación repetitiva realizar el trabajo de mi compañero cuando se atrasa. Obviamente quiero apoyarte a ti y al equipo, solo que la carga extra está afectando el tiempo que requiero para realizar mis tareas con calidad, me estoy sintiendo abrumado y en este momento ya no puedo seguir asumiendo el trabajo de mi compañero ¿Qué podemos hacer para que esta situación no siga siendo repetitiva?”