Podcast: Herramientas de coaching para alcanzar metas

hacer las dos cosas que disfrutaba
hacer las dos cosas que disfrutaba
hacer las dos cosas que disfrutaba

(PARTE 1)

(PARTE 2)

El objetivo de esta guía es brindar herramientas de coaching y mindfulness, que puedas empezar a utilizar desde ya, para alcanzar los resultados que buscas en tu vida y trabajo, relacionarte con tu mente y emociones de manera más efectiva.


La razón por la que quiero compartir estas herramientas contigo, es porque he visto su poder y los cambios positivos que han producido tanto en mi vida, como en la vida de otros, y por eso de deseo que ayuden a muchas más personas y líderes. Yo conocí el coaching hace 10 años, en un momento en el que me sentía perdida a nivel profesional. Estaba haciendo un posgrado maravilloso en psicología y psicoterapia transpersonal, era un posgrado intenso, con una fuerte carga académica y a la vez muy experiencial y práctico, en el que teníamos clases 6 días a la semana. Cómo parte de este posgrado estaba adquiriendo herramientas de mindfulness y meditación muy poderosas, estudiamos estas técnicas, y otras, de manera profunda por un año y medio. Y yo me sentía en conflicto a nivel profesional, porque mi carrera de base era administración de empresas y estos estudios aparentemente no tenían mucha relación con mi profesión y no encontraba una conexión, entre estas dos disciplinas. Por un lado me encantaba el trabajo con las organizaciones, equipos y líderes, especialmente todo lo relacionado con desarrollo del talento humano y aprendizaje organizacional. Al mismo tiempo me encantaba el trabajo directo con las personas, el ayudarlas a superar obstáculos, conectarse con lo mejor de sí mismas y construir vidas satisfactorias. Mi visión es ese entonces estaba limitada y no comprendía como trabajar en ambos aspectos. Yo siempre digo que conocer el coaching fue como haber encontrado un camino con sentido, porque para mí era ese lugar donde podía hacer las dos cosas que disfrutaba y que todavía disfruto muchísimo: tanto el trabajo a nivel organizacional, apoyando a líderes y equipos a desarrollar su potencial y alcanzar metas, como el trabajo a nivel personal ayudando a otros a hacer sueños realidad y mejorar la relación consigo mismo y con los demás.

COACHING

MELANIE AMAYA

11 HERRAMIENTAS DE COACHING PARA ALCANZAR METAS

el líder que quieres ser
el líder que quieres ser
el líder que quieres ser

Hoy en día es común oír a las personas hablar sobre coaching y escuchar que grandes empresas como General Electric, Sony, y Johnson & Johnson entre muchas otras, invierten en procesos de coaching para desarrollar el potencial de sus líderes y equipos. Sin embargo muchas personas no saben cómo

aprovechar las herramientas de coaching para alcanzar los resultados que buscan en su vida, trabajo y liderazgo.

¿Qué es coaching?

  1. Responder las preguntas para clarificar valores, identificar si estás viviendo en coherencia con ellos y establecer acciones que te ayuden a generar más satisfacción en tu vida.
  2. Realizar el ejercicio de la rueda de la vida y la rueda de trabajo para, clarificar metas y priorizar.
  3. Responder las preguntas para clarificar y establecer metas, priorizar objectivos y definir indicadores.
  4. Técnica para centrarte, tomar perspectiva y relacionarte con tus pensamientos de manera más constructiva. 
  5. Técnica para relacionarte con tus emociones de forma sana y efectiva.
  6. Técnica de inteligencia emocional.
  7. Herramienta para la práctica diaria de mindfulness.
  8. Herramienta para identificar tus fortalezas.
  9. Identificar las creencias que te limitan, los compromisos que compiten y generar nuevas creencias que te empoderen.
  10. Entrevista a personas exitosas.
  11. Construcción de un plan de acción efectivo.

Después de haber encontrado mi camino con sentido y certificarme internacionalmente como coach profesional, hasta el día de hoy, no he encontrado nada que me haya brindado herramientas tan útiles. Aunque hice una maestría en psicología organizacional en Argentina, estudié Gerencia de Recursos Humanos en Australia y realicé muchos estudios complementarios en liderazgo y coaching de equipos, entre otros, han sido principalmente las herramientas de coaching, mindfulness y meditación, las que más me han ayudado en estos 9 años de práctica de coaching, no solo en el trabajo con mis clientes, sino también en el trabajo conmigo misma. Estas herramientas me han ayudado muchísimo en momentos difíciles y dolorosos a nivel personal y hasta a nivel de salud, así como en situaciones muy desafiantes como por ejemplo las tres veces que me he ido a vivir a otros país y he tenido que construir casi que desde cero mi vida profesional y social. También me han ayudado a materializar todo aquello que me he propuesto, lo que me hace sentir muy agradecida con la vida, porque he tenido la fortuna de alcanzar mis objetivos y el honor de ver a mis clientes conectándose con lo mejor de sí mismos y hacer realidad sus metas. Por esta razón, espero que a través de esta guía tú puedas beneficiarte de estas once herramientas, avanzar en el camino de convertirte en la persona y el líder que quieres ser, y construir la vida y trabajo que deseas para ti. Aunque estas son sólo algunas de muchas herramientas de coaching y de mindfulness, considero son una buena manera de comenzar. Estoy muy feliz de compartir todos estos maravillosos recursos contigo, con la esperanza de que sigan ayudando a muchas personas más.

Las 11 herramientas o 11 pasos que voy a compartir contigo a lo largo de esta guía son:

make things happen!
make things happen!
make things happen!

Los valores son principios que cuando están presentes en tu vida y trabajo, te sientes coherente, feliz y realizado. Mientras que cuando tus acciones no están en coherencia con tus valores te sientes perdido, insatisfecho, sientes que las cosas no fluyen o que no vas por el camino correcto. Los valores de cada persona son diferentes, los que acabo de mencionar son solo ejemplos. Lo importante es identificar cuáles son tus valores, ya que si estás buscando obtener determinados resultados o alcanzar ciertas metas, seguramente habrá momentos en que será necesario salir de tu zona conocida o de tu zona de comodidad, y enfréntate a pensamientos, emociones y actividades que no son precisamente placenteras, pero sí son claves para lograr tus objetivos. El recordar que tus valores están alineados con estas actividades, es lo que te va a dar el impulso y la motivación para seguir adelante, superar obstáculos y alcanzar tus metas.


Te doy un ejemplo, con Amir, quien es mi socio y esposo, creamos nuestra empresa de consultoría Amayaco, la creamos con el propósito de generar procesos de aprendizaje y transformación, que contribuyan al crecimiento y desarrollo de líderes, profesionales, equipos y organizaciones. Este es un propósito que me inspira y trabajar por este objetivo me genera mucha satisfacción. Pero eso no quiere decir que todas las actividades que llevo a cabo para que la empresa crezca me gustan. Por ejemplo, cuando estábamos construyendo nuestra página web, Amir escribió muchos de los contenidos de la página web en inglés, porque él es australiano y tenemos clientes en Australia. Mi responsabilidad era traducir los contenidos a español y portugués porque también tenemos clientes en países donde se hablan estos dos idiomas. Sin embargo, aunque me gustan los idiomas, me daba muchísima pereza traducir, especialmente cuando me encontraba con expresiones que al traducir literalmente no hacían sentido y requerían que hiciera un esfuerzo extra, para encontrar la forma de expresar la misma idea sin hacer uso de las expresiones. Créeme que esta no es la parte de mi trabajo que disfruto, yo valoro mucho más estar facilitando el aprendizaje y crecimiento de otros, bien sea en sesiones de coaching, en talleres o a través de un podcast. Sin embargo aunque esta actividad de traducir los contenidos para la página web, era algo que me obligaba a salir de mi zona de confort y que generaba pensamientos y emociones de aburrición y hasta de frustración, también era algo que contribuía a nuestro objetivo de construir una empresa a través de la cual generar procesos de aprendizaje y transformación, lo cual a su vez estaba alineado con uno de mis valores que es ayudar a otros a crecer. Entonces cada vez que me sentaba en el computador a traducir, el recordar que lo que estaba haciendo me permitía vivir en coherencia con mis valores y que contribuía a mi objetivo, me daba el impulso para seguir adelante a pesar de la pereza. Adicionalmente, hacer uso de lo que en coaching llamamos estructuras también fue muy útil. Las estructuras son diferentes tipos de recordatorios que nos ayudan a mantenernos enfocados. Por ejemplo, en mi oficina tengo pegadas en la pared unas tarjetas donde escribí mis valores en relación al trabajo y mirarlas cada vez que sentía pereza de traducir, me ayudaba a mantener el foco. En conclusión, nuestros valores son el motor que nos da impulso en los momentos en que enfrentemos situaciones difíciles, incómodas o no placenteras, mientras recorremos el camino de alcanzar nuestros objetivos.


  • Mantener relaciones profundas y amorosas con otros.
  • Tener un equilibrio entre vida y trabajo.
  • Ser un líder carismático e inspirador.
  • Alimentar tu dimensión espiritual.
  • Cuidar tu salud física y mental.
  • Realizar tu trabajo de manera innovadora y creativa.
  • Libertad financiera, geográfica y laboral. 
  • Conectarte con la naturaleza.

Hace 10 años, justo antes de empezar mi proceso de formación y certificación como coach profesional, cuando estaba haciendo el posgrado en psicología transpersonal, recuerdo que conocí a Clara, quien hoy en día es mi colega y una gran amiga. Ella hablaba con mucha satisfacción de su trabajo y sus sesiones de coaching con sus clientes. Yo no sabía que era coaching y lo único que se me ocurría al traducir la palabra era que estaba relacionado con algún tipo de entrenamiento.


Más que un entrenamiento, coaching es un proceso en el que aprendes a relacionarte con tu mente, con tus emociones y contigo mismo de forma constructiva, de una manera que te ayude a lograr los resultados que buscas, a ser más efectivo y a tener una vida y un trabajo que te llenen de sentido y realización. 

Coaching es un proceso que te ayuda a alcanzar metas personales y laborales, y a mejorar tu liderazgo.



Herramientas de coaching para alcanzar resultados


Para lograr resultados, el primer paso es establecer cuales son tu metas y los valores que te van a impulsar a alcanzar tus objetivos. Cuando hablamos de valores en coaching, no nos referimos a los valores éticos o morales, sino a lo que tú valoras, es decir lo que es importante para ti, eso que cuando está presente le da significado a tu vida y a tu trabajo. Tú puedes asignarle a tus valores los nombres que desees y que hagan sentido para ti. Ejemplos de algunos valores pueden ser:

salir a caminar
salir a caminar
salir a caminar
nuestros valores son el motor que nos da impulso
nuestros valores son el motor que nos da impulso
nuestros valores son el motor que nos da impulso

Los valores son principios de vida, que cuando están presentes, tu vida y trabajo cobran sentido y te sientes realizado. No tienen comienzo ni fin, son constantes, porque son los principios que dirigen tu comportamiento y te permiten ser el tipo de persona que deseas ser. Mientras que una meta es un punto específico al cual quieres llegar, una vez la alcanzas, deja de ser un objetivo. Siguiendo el ejemplo anterior, ser un líder carismático e inspirador es un principio, una brújula que dirige el camino de ese líder por siempre. Mientras que desarrollar una competencia específica o aprender algo nuevo, probablemente tome tiempo, pero una vez se desarrolle la competencia o se aprenda, el objetivo se ha cumplido.

¿Cuál es la diferencia entre un valor y un objetivo?

Cuando tenemos claros cuales son nuestros valores, generar los resultados que deseamos se hace más fácil, porque al fijar metas que estén en coherencia con nuestros valores, vamos a estar más motivados a alcanzarlas. Por ejemplo, supongamos que yo soy un líder que he desarrollado la capacidad de ser un pensador estratégico, decidido y visionario, y ahora tengo un nuevo objetivo que es aprender a escuchar activamente. Adicionalmente, digamos que uno de mis valores es ser un líder carismático e inspirador. En el proceso de alcanzar mi objetivo de aprender a escuchar activamente, con seguridad tendré que salir de mi zona de confort, lo cual no será placentero, pero si al hacerlo tengo presente que con estas acciones estoy viviendo en coherencia con mi valor de ser un líder carismático e inspirador, entonces va a ser mucho más fácil seguir adelante y este valor me va a generar motivación.

  3. Una vez hayas identificado tus valores, identifica si hay valores que no estás honrando y establece acciones que te permitan tener una vida más coherente con los mismos. Por ejemplo si tu valor es cuidar tu salud física y mental, pero no estás haciendo nada de ejercicio, entonces una acción que puedes llevar a cabo para honrar tu valor, es empezar a salir a caminar dos días a la semana.

  2. Date un momento para analizar tus respuestas y ver qué es eso que es importante para ti. Identifica entre 5 y 10 valores en tus respuestas. Escríbelos y dales un significado.

Detrás de las respuestas de cada una de estas preguntas, se encuentran uno o varios de tus valores. Por ejemplo si en los momentos más felices de tu vida lo que estaba presente era sentirte libre de crear y decidir, puede que el valor para ti sea la libertad. O si por ejemplo respondiste que lo que más valoras en las diferentes dimensiones de tu vida es construir relaciones profundas en las que generas valor, puede que tus valores sean ayudar a otros, sentirte útil, o mantener relaciones profundas.


  1. Responde a las siguientes preguntas:

Herramienta 1: Descubrir tus valores.

  • ¿Qué es importante para mí sentir, tener y hacer en la vida y en el trabajo? 
  • ¿Cuáles son las cosas que yo más valoro en las diferentes dimensiones de mi vida 
  • ¿Qué tipo de persona quiero ser? 
  • ¿Qué tipo de líder quiero ser? 
  • ¿En qué actividades disfruto invertir mi energía y tiempo? 
  • ¿Qué tipo de impacto quiero generar en mi entorno? 
  • ¿Qué tipo de relaciones quiero construir con otros? 
  • ¿En los momentos más felices de mi vida qué era eso que estaba presente que me hacía sentir realizado? 
  • ¿Qué le da sentido a mi vida?

Por lo general con mis clientes, dedico toda una sesión para realizar ejercicios que los lleven a descubrir sus valores; evaluar si están viviendo en coherencia con ellos, y establecer estrategias que les permitan tener una vida en la que se sientan más satisfechos y motivados. Estos ejercicios son complicados de realizar sin la ayuda de un coach, sin embargo algo que puedes hacer por tu cuenta para descubrir tus valores es responder a las siguientes preguntas:

identificar el aspecto en el que es prioritario trabajar
identificar el aspecto en el que es prioritario trabajar
identificar el aspecto en el que es prioritario trabajar
define un objetivo específico

Une las partes como en el ejemplo, observa tu gráfica y pregúntate:


¿Qué tan balanceada esta mi vida?

¿Si mi vida fuera una rueda que tan fácil es hacerla rodar/fluir?

¿En qué aspectos de mi vida es prioritario trabajar para darle más equilibrio y satisfacción a mi vida?


Puedes hacer el mismo ejercicio con la rueda del trabajo evaluando las siguientes 8 dimensiones:


  1. Manejo del tiempo, organización y productividad. 
  2. Desempeño y alcance de metas. 
  3. Liderazgo. 
  4. Relaciones y comunicación con otros. 
  5. Crecimiento profesional. 
  6. Manejo del estrés. 
  7. Motivación y sentido: Mi trabajo me gusta, me permite satisfacer mis necesidades y es coherente con mis valores y propósito de vida. 
  8. Ambiente de trabajo y gusto por la organización donde trabajo


Preguntas de reflexión:


¿Qué tan balanceado está mi trabajo?

¿Si mi trabajo fuera una rueda que tan fácil es hacerla rodar/fluir?

¿En qué aspectos de mi trabajo es prioritario trabajar para encontrar en él más equilibrio y satisfacción?

Rueda de la vida ejemplo

En cada área traza una línea de lado a lado, que represente tu nivel de satisfacción, ubicando 0 en el centro del círculo y 10 en la circunferencia o borde del mismo. Por ejemplo, si el nivel de satisfacción con el área de salud es 5 la línea irá en la mitad, como en el siguiente ejemplo:

Rueda de la vida

La rueda de la vida y la rueda de trabajo son herramientas utilizadas en los procesos de coaching para ayudarte a tomar conciencia sobre qué áreas de tu vida necesitan desarrollarse más. Es una forma de ver el estado actual de las diferentes dimensiones de tu vida y trabajo.


¿Cómo realizo el ejercicio?


Comienza con la rueda de la vida. Piensa en las áreas de tu vida que se describen a continuación y para cada una de ellas, evalúa que tan satisfecho te sientes. Para llevar a cabo la evaluación, es necesario medir tu nivel de satisfacción con una calificación que va de 0-10. Con el resultado final vas a saber a cuáles áreas darles prioridad, para sentirte más satisfecho y balanceado:


Asigna una calificación de 0-10 de la siguiente manera:


1 y 2: Muy insatisfecho: existe una necesidad significativa de mejorar esta área.

3 y 4: Insatisfecho: existe una necesidad de mejorar esta área.

5 y 6: Conforme: Te sientes conforme pero te gustaría mejorar algunos aspectos.

7 y 8: Satisfecho: Te sientes feliz con este aspecto, aunque podría ser mejor.

9 y 10: Muy satisfecho: Este aspecto de tu vida está fluyendo muy bien y no es necesario realizar cambios.


Evalúa tu nivel de satisfacción en cada una de las siguientes áreas:


1- Salud

2- Trabajo/ desarrollo profesional

3- Relaciones (amigos, familia)

4- Dinero

5- Ambiente físico (lugar donde vives)

6- Ocio y diversión

7- Romance - Pareja

8- Desarrollo personal y espiritualidad


En un papel dibuja un círculo y divídelo en 8 partes iguales. Cada parte representa un área como se indica a continuación:

Adicionalmente, además del ejercicio anterior, responder a las siguientes preguntas te va a ayudar a tener más claridad sobre tus metas.


  1. Responde a las siguientes preguntas:


  • ¿Qué es importante para mí transformar o alcanzar en este momento?
  • ¿Qué es eso que me gustaría lograr y haría una diferencia significativa en mi vida o trabajo?
  • ¿Qué es eso específico en lo que necesito trabajar para sentirme mejor y ser el tipo de persona o líder que quiero ser?
  • ¿Cuál es ese sueño u objetivo que es más importante alcanzar en este momento y que estoy postergando o que está siendo difícil de alcanzar?


  2. Una vez hayas respondido todas las preguntas, lee las respuestas e identifica cual es el objetivo en el que quieres empezar a trabajar. Es posible que al hacer este ejercicio aparezcan varias metas, sin embargo, cuando intentamos alcanzar muchos objetivos al mismo tiempo, es posible que nos sintamos abrumados y que nuestra energía empiece a dispersarse. Por eso quiero invitarte a que por ahora escojas un solo objetivo, el que sea prioritario para ti en este momento, y que empieces a trabajar en él. Para priorizar y elegir un objetivo adecuado, responde las siguientes preguntas:


  • ¿Qué tienen en común todos mis objetivos?
  • ¿Qué es eso que si trabajo va a ayudar a que todo lo demás mejore?
  • ¿Qué es prioritario en este momento?


  3. Una vez tengas las respuestas define un objetivo específico y responde a las siguientes preguntas para definir los indicadores:


  • ¿Qué me va a indicar que alcance mi objetivo?
  • ¿Qué cambios voy a ver en mi vida, en mi trabajo o en mi liderazgo cuando alcance mi objetivo?
  • ¿Cuál es el impacto que voy a estar generando cuando haya alcanzado mi meta?
  • ¿Quién voy a ser, y que qué voy a tener, hacer y sentir cuando obtenga los resultados que busco?

Herramienta 3: Establecer objetivos e indicadores.

Antes de seguir avanzando y compartir contigo más herramientas, es importante entender cómo funciona nuestra mente y porque para alcanzar los resultados que buscamos, necesitamos relacionarnos con nuestra mente y emociones de manera más efectiva.


Que sucede, generalmente cuando queremos alcanzar un resultado diferente, cambiamos nuestras acciones. Sin embargo este cambio de comportamiento no siempre nos lleva a alcanzar el resultado deseado o no generamos transformaciones reales y sostenibles en el largo plazo. ¿Porque sucede esto? Para ilústralo, voy a darte un ejemplo de otro cliente que tuve hace 8 años. Es un ejemplo parecido al anterior, ya que trabajó con muchos líderes. Tampoco puedo dar su nombre ya que todo lo que se habla en un proceso de coaching es confidencial, así que lo llamaré mi cliente.


Mi cliente trabajaba en una multinacional, había sido trasladado del departamento de marketing al área de ventas y tenía un nuevo equipo a su cargo. Su objetivo era posicionarse en su nuevo rol y lograr que su equipo lo escuchara y se dejara guiar. Sin embargo descubrió que a la hora de comunicarse con su equipo, no generaba el impacto que quería y no estaba convenciendo a sus colaboradores de implementar ciertas ideas, las cuales eran claves para incrementar el desempeño del equipo. Este ejemplo de un líder que busca ser escuchado por su equipo puede aplicarse de la misma manera a un padre o madre con sus hijos o a una persona con su pareja.


Lo primero que mi cliente intento para convencer a su equipo, fue hacer una presentación donde exponía diferentes teorías y modelos que respaldaban sus ideas. Sin embargo el resultado seguía siendo el mismo, su equipo no aplicaba las ideas de mejora y el desempeño no se incrementaba. Y es ahí cuando mi cliente empezó el proceso de coaching y me hizo la pregunta que muchos de nosotros nos hemos hecho: ¿Porque está siendo tan difícil obtener el resultado que busco?

Un ejercicio que te ayudará en la definición de metas y priorización de objetivos se llama la rueda de la vida y la rueda del trabajo.

Herramienta 2: La rueda de la vida y la rueda del trabajo.

Una vez has clarificado tus valores, ya estás listo para fijar tus metas. Por lo general cuando inicio un proceso de coaching, los clientes llegan con muchas ideas de lo que quieren, pero no con un objetivo definido, es así que dedicamos toda la primera sesión a identificar qué es eso que si se trabaja, va a ayudar a que todo lo demás mejore y a partir de ahí definimos el objetivo y sus indicadores. Te voy a dar un ejemplo de un ex cliente. Él llegó al proceso de coaching con varios deseos: quería tener mejores relaciones con su equipo de trabajo; posicionarse como líder ante su equipo e incrementar el nivel de desempeño. Detrás de todo esto, existía un aspecto específico que al trabajarlo ayudó a mi cliente a lograr todo lo demás. En la sesión de inicio descubrimos que mi cliente no había logrado incrementar el desempeño de su equipo, porque sus colaboradores seguían operando bajo las directrices del líder anterior y no implementaban las estrategias que él proponía. Adicionalmente, mi cliente no se había posicionado como líder, no se había ganado verdaderamente la confianza de su equipo y no había consolidado las relaciones con sus colaboradores. Y la razón por la cual todo esto no se había dado, era que mi cliente no estaba comunicándose asertiva y efectivamente. Entonces el objetivo que mi cliente eligió fue aprender a comunicarse de manera efectiva y asertiva. Al cabo de 6 meses mi cliente había alcanzado su objetivo. Al aprender a comunicarse asertivamente las relaciones con sus colaboradores mejoraron, se ganó la confianza de su equipo, lo que llevó a sus colaboradores a confiar en él e implementar las nuevas estrategias para elevar el desempeño. Este es solo un ejemplo, no quiere decir que sea igual para todas las personas. Lo importante del ejemplo es mostrarte la importancia de identificar el aspecto en el que es prioritario trabajar y establecer unos indicadores que te permitan medir tus avances. Los indicadores son aquellos resultados que te van a mostrar que has alcanzado tu meta.

superar los límites inconscientes
superar los límites inconscientes
superar los límites inconscientes

Para ilustrar esta idea, quiero compartir un corto cuento de Jorge Bucay que dice así:


De pequeño me gustaba el circo. Me encantaban los espectáculos con animales y el animal que más me gustaba era el elefante. Me impresionaban sus enormes dimensiones y su fuerza descomunal. Después de la función, al salir de la carpa, me quedaba extrañado al ver el animal atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que le aprisionaba una de las patas. La cadena era gruesa, pero la estaca era un ridículo trozo de madera clavado a pocos centímetros de profundidad. Era evidente que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo también podía tirar de aquel minúsculo tronco y huir. — ¿Por qué no la arranca y se escapa? —pregunté a mis padres.


Me contestaron que era porque estaba amaestrado. La respuesta, sin embargo, no me satisfizo. «Si estaba amaestrado, ¿por qué lo tenían atado?». Pregunté a parientes y maestros y pasó mucho tiempo, mucho, hasta que alguien que resultó ser un sabio me dio una respuesta convincente: 


«El elefante del circo no se escapa porque está atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño ».


Entonces me imaginé el elefante recién nacido y atado a una estaca. Seguro que el animal tiró y tiró tratando de liberarse. Debía terminar el día agotado porque aquella estaca era más fuerte que él. Al día siguiente debía volver a probar con el mismo resultado y al tercer día igual. Y así hasta que un día terrible para el resto de su vida, el elefante aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Desde entonces, el elefante tenía grabado el recuerdo de su impotencia. Y lo que es peor, nunca más volvió a cuestionarse ese recuerdo y nunca más volvió a poner a prueba su fuerza.

A menudo a las personas nos pasa lo mismo. Vivimos encadenados a estacas que nos quitan libertad. Pensamos que «no podemos» hacer tal cosa o tal otra sencillamente porque un día, hace mucho tiempo, lo intentamos y no lo conseguimos. Entonces nos grabamos en la memoria este mensaje: «no puedo y no podré nunca». Esta creencia autoimpuesta nos ha limitado desde entonces y no la hemos cuestionado más. Seguramente ahora somos más fuertes y estamos más preparados, pero aquel recuerdo nos frena a la hora de intentar liberarnos.

Me atrevo a decir que en algún momento has escuchado una voz en tu mente que te sabotea, te pone límites y te dice algo parecido. Si la has escuchado no te preocupes, todos escuchamos esa voz en nuestra mente y es posible relacionarnos con ella de una forma en la que no nos sabotee y limite. Rick Carlson explica este proceso que se da en nuestra mente, invitándonos a imaginar que esa voz es un gremlin que existe en nuestra cabeza, cuya función es protegernos, pero que en realidad lo que hace es impedimos mover hacia delante y lograr lo que anhelamos. Posiblemente alguna vez has visto gremlins en películas, son una especie de criaturas con orejas grandes, generalmente verdes. Su aspecto no es muy agradable, así como tampoco lo son sus mensajes. El gremlin en si no es ni bueno ni malo, simplemente es la voz interior que obstaculiza el cambio, que busca mantenernos en una zona conocida y que aparece con más fuerza cuando queremos hacer cambios y asumimos nuevos desafíos. Con seguridad la voz del gremlin diciéndote que no camines solo de noche por un barrio peligroso, fue de gran ayuda para que evitaras tomar riesgos innecesarios. Sin embargo, su voz diciéndote “eso es muy riesgoso, es imposible, no estás preparado, algo va a salir mal”, en momentos en los que quieres alcanzar un objetivo, no te ayuda ya que solo produce miedo e inseguridad. Lo importante es aprender a identificar la voz del gremlin en nuestra mente, para "sacarla a la luz" y no permitir su acción silenciosa.

Aprendizaje de Doble Bucle

Ejemplos de este tipo de creencias que nos generan inseguridad, miedo, ansiedad, nervios, estrés etc. son:


  • No estoy preparado para enfrentar este desafío.
  • No tengo las fortalezas que se requieren.
  • Es muy difícil y no soy capaz.
  • Si digo lo que pienso se van a burlar de mí.
  • Es muy peligroso intentarlo.
  • No voy a tener éxito.
  • Mejor no digo nada para evitar generar conflicto y que no se dañen las relaciones.
  • Las cosas no van a salir bien.
  • Algo malo va a pasar.

Si te das cuenta, muchas de estas creencias limitantes tienen en común el creer que algo es muy difícil, que no somos capaces o que las cosas no van a salir bien. Es decir que en muchos casos no alcanzamos nuestros sueños o metas porque existen creencias inconscientes en nuestra mente que nos limitan. La buena noticia es que si los límites están en nuestra mente, tenemos el poder para superarlos.

Muchos enfoques, dicen que debemos mantener pensamientos positivos y eliminar pensamientos negativos. Inclusive algunos de estos enfoques te piden que repitas una y otra vez afirmaciones positivas, hasta que te las creas. Como por ejemplo repetir una y otra vez: yo soy capaz, yo soy capaz, yo soy capaz.


No quiero decir que estos enfoques están totalmente equivocados, ni que no sea posible cambiar nuestras creencias, porque estoy convencida por experiencia personal y por el trabajo que he realizado con mis clientes, que cuando descubrimos que lo que estábamos pensando era limitante y ampliamos nuestra perspectiva, es posible construir nuevos pensamientos más útiles que empoderen. Sin embargo limitarnos a repetir una y otra vez frases positivas elaboradas por otros, o limitarnos a visualizar el futuro que queremos, son enfoques que no producen cambios sostenibles en el largo plazo, y que muchas veces terminan dejando sensaciones de frustración, cuando los pensamientos negativos regresan y lo que visualizamos no se materializa.


En mi experiencia tanto personal, como con mis clientes, lo que resulta más efectivo es utilizar diversas técnicas que se complementan, de acuerdo a las necesidades particulares de cada persona y a su propio estilo y personalidad. Lo que he observado en estos 9 años de práctica de coaching con clientes de diferentes culturas y edades, es que es muy efectivo trabajar con las herramientas de mindfulness para primero aceptar nuestros pensamientos y emociones, en vez de entrar en conflicto con ellos y crear un nuevo problema. Y una vez hemos pasado de la frustración a la aceptación, darle paso a lo nuevo, ampliando nuestra perspectiva, y desde ahí generar creencias que nos empoderen. Como dijo Sócrates, no es por el camino de la lucha contra lo viejo, sino de la construcción de lo nuevo. Es decir que en el camino de producir los resultados que queremos, es importante entender cómo relacionarnos con nuestros pensamientos, creencias y emociones de una forma más constructiva.

Cómo superar los límites inconscientes que se producen en nuestra mente.

Resulta que muchas veces cambiar únicamente nuestras acciones no es suficiente, ya que en nuestra mente existen creencias que nos limitan. Y tú te preguntarás ¿qué tienen que ver las creencias con los resultados?


Tienen todo que ver y te lo voy a explicar continuando con el mismo ejemplo:


En la mente de mi cliente existían creencias de las cuales él no era consciente y que le estaban produciendo mucha inseguridad al comunicarse con su equipo. Esta inseguridad tenía un impacto negativo en su comunicación, ya que al sentirse ansioso o nervioso, no podía expresarse con firmeza, ni exponer sus argumentos con seguridad. Como resultado, no generaba el impacto necesario para posicionarse frente a su equipo y convencer a sus colaboradores de implementar las mejoras necesarias para incrementar el desempeño.


Este ejemplo ilustra la relación entre creencias y resultados, ya que nuestros pensamientos, creencias o suposiciones, muchas veces inconscientes, generan diferentes emociones en nosotros. A su vez cómo nos sentimos va a impactar nuestro comportamiento, y nuestras acciones van a determinar los resultados que obtenemos. Si quieres leer más sobre este tema te recomiendo el modelo de Aprendizaje de Doble Bucle o Double Loop Learning de Chris Argyris, un teórico de Harvard que hizo grandes contribuciones en el campo del aprendizaje organizacional.

eres capaz de facilitar la actividad y dar la charla con éxito
eres capaz de facilitar la actividad y dar la charla con éxito
eres capaz de facilitar la actividad y dar la charla con éxito

Si te das cuenta este enfoque no te lleva a pelear con tu mente. Este enfoque te lleva a aceptar lo que está sucediendo y a tomar conciencia. La naturaleza de la mente humana es pensar, analizar, juzgar, evaluar. Si pretendes cambiar su naturaleza y tener una mente siempre en silencio, o nunca tener pensamientos negativos, tienes una expectativa poco realista y te vas a frustrar al no lograrlo. Es normal y es humano tener pensamientos negativos, es la manera en que la mente evolucionó para protegernos del peligro. Así como también es posible relacionarnos con estos pensamientos de tal forma que no nos saboteen.

Te voy a dar un ejemplo que me ha ayudado mucho. Con mi esposo viajamos muchísimo tanto por trabajo como por placer. Hemos vivido y trabajado en diferentes países, porque viajar, ver lugares nuevos e interactuar con diferentes culturas es algo que valoramos. Nuevamente estamos hablando de los valores. Hace menos de un año, tuvimos un accidente viajando de Rio de Janeiro a São Paulo, habíamos realizado este viaje cuatro veces antes, siempre en avión, y esa vez quisimos hacer el viaje en bus. A la mitad del viaje el conductor perdió el control y el bus comenzó a tambalearse fuertemente de un lado a otro, hasta que se volcó y volcado empezó a deslizarse por la carretera. Afortunadamente, no tuvimos lesiones graves, sin embargo el susto fue muy grande. Fue una situación que puso nuestra vida en riesgo y que dejó a otros pasajeros gravemente heridos. Antes del accidente yo siempre me sentía muy tranquila antes de viajar, de hecho viajar en avión nunca me había generado tensión y lo disfrutaba mucho. Sin embargo, después del accidente me di cuenta que cada vez que viajaba y sentía algún movimiento fuerte que me recordaba el movimiento del accidente, especialmente en los aviones atravesando turbulencias, mis manos me empezaban a sudar, el corazón se me ponía rápido, y llegaban a mi mente pensamientos de peligro, como por ejemplo “nos vamos a accidentar”. Y esto me paso por lo menos en los 10 siguientes vuelos que tomé después del accidente. ¿Qué tiene que ver este ejemplo con alcanzar objetivos? Como te comentaba para viajar y conocer nuevos lugares es un valor, una actividad que es importante mantener en mi vida. Y cada vez que viajo de un lugar a otro, estoy buscando cumplir con un objetivo específico como realizar un taller, dar una conferencia, reunirme con un cliente, conocer un lugar nuevo, visitar familia o amigos, descansar, tomar vacaciones o irme a vivir a un nuevo país. Sin embargo si yo permito que el miedo causado por los pensamientos de “nos vamos a accidentar” me controle, no podría vivir en coherencia con mi valor, ni cumplir mis objetivos. Es por esto que quiero compartir contigo algunas herramientas de mindfulness, que me ayudan a relacionarme con mi mente y emociones de manera efectiva, y que me permiten seguir adelante cumpliendo mis objetivos y honrando mis valores, a pesar de los pensamientos saboteadores y las emociones incómodas. Lo que yo hago ahora cada vez que estoy en un avión y siento una turbulencia fuerte, es decirme a mí misma lo siguiente: Los pensamientos son sólo pensamientos. Que yo esté pensando que algo malo va a pasar, no quiere decir que sea verdad. Es solo una idea en mi mente y no es lo que está pasando en este momento. Estoy sintiéndome nerviosa, es normal, lo acepto. Y mientras me digo todo esto, respiro profundo, concentro la atención en las sensaciones corporales en mi cuerpo (como por ejemplo el corazón latiendo rápido) y me permito sentir esta sensación, aceptarla y dejarla pasar.

Esto se puede aplicar a muchas situaciones diferentes. Por ejemplo, hace 8 años aproximadamente, tuve que dar una conferencia para Bayer, la empresa farmacéutica. Era un evento de fin de año y tenía que facilitar una actividad que ayudara a las personas a conectarse con la gratitud. El auditorio tenía alrededor de 400 personas y yo me sentía nerviosa al tener que hablar frente a un grupo tan grande. Así que lo que hice antes de comenzar, fue conectarme con las sensaciones corporales y las emociones, sin intentar cambiarlas, permitiéndome sentirlas. Sentí mis manos sudando y temblando, sentí los nervios y me dije a mi misma: “estoy nerviosa, es normal, lo acepto y lo dejo pasar”. Después observé que por mi mente pasaban pensamientos cómo, “se van a burlar de mí, no les va a gustar, algo va a salir mal”, y al notar estos pensamientos, recordé que mis pensamientos eran sólo mensajes producidos por mi mente y no la realidad de lo que estaba pasando en ese momento. En ningún momento me puse a pelear con mis emociones o pensamientos, porque eso hubiera generado más conflicto dentro de mí. Y una vez tomé perspectiva y me permití sentir lo que estaba sucediendo, una voz más sabia dentro de mí me recordó que si estaba ahí era porque era capaz de facilitar la actividad y dar la charla con éxito, y así fue. Lo mismo puedes hacer cada vez que aparezcan en tu mente ideas saboteadores que te hagan sentir miedo, ansiedad, estrés, inseguridad, tristeza, rabia etc.

La tendencia natural es tratar de eliminar la voz interna que nos sabotea, es decir tratar de deshacerse de los pensamientos o creencias que nos generan miedo o inseguridad. Sin embargo imagina por un momento que tu mente tiene vida propia, y que estas intentando deshacerte de tus pensamientos. Lo natural es que si percibimos que alguien quiere eliminarnos, nos sintamos atacados e intentemos defendernos. De igual manera actúa tu mente. Que quiere decir esto, que si tú juzgas tus pensamientos como malos y peleas con tu mente intentando eliminarlos o ignorarlos, tu mente se pondrá a la defensiva y esa voz interior saboteadora se sentirá atacada y va a defenderse aun con más fuerza. Como dijo el famoso psicólogo Carl Jung: a lo que te resistes, persiste.


Puedes engancharte en una conversación sin fin con tu mente, ella siempre tendrá argumentos para convencerte de que lo que piensa es real. Así que algo más proactivo y menos reactivo que puedes hacer, es relacionarte con tu mente de una manera distinta.


Te invito a hacer un ejercicio. Cierra un momento los ojos e imagínate un elefante verde gigante, del tamaño de la Torre Eiffel, que está aplastando el lugar donde te encuentras en este momento. ¿Listo? Ok, ahora abre los ojos. ¿Sigues ahí cierto? Ningún elefante verde gigante te aplasto. Bien, esto quiere decir que los pensamientos son solamente ideas en tu mente, palabras, voces, procesos mentales, mensajes que tu mente produce, pero que no necesariamente son la realidad, ni lo que está sucediendo. La realidad está en el presente y si en este momento no hay ningún elefante verde aplastándote, por más que lo hayas pensado e imaginado, quiere decir que tus pensamientos no necesariamente son verdad.


tomar perspectiva y relacionarte con tus pensamientos
tomar perspectiva y relacionarte con tus pensamientos
tomar perspectiva y relacionarte con tus pensamientos

Herramienta 4: Técnica para centrarte, tomar perspectiva y relacionarte con tus pensamientos de manera más constructiva.

Cuando te des cuenta que tu mente está produciendo pensamientos que están haciéndote sentir asustado, inseguro, ansioso, estresado, triste, bravo, nervioso, etc, puedes usar esta técnica para centrarte y tomar perspectiva, siguiendo estos pasos:


1. Comienza a respirar profundo, cierra tus ojos si quieres, apoya tus pies en el piso y siente el contacto de tus pies con la superficie, siente como está tu cuerpo, observa qué está pasando en tu mente y si identificas pensamientos negativos o creencias limitantes puedes decirte a ti mismo alguna de las siguientes frases:


  • Mi mente está pensando. Gracias mente.
  • Los pensamientos son solo palabras en mi mente, no son la realidad.
  • Estoy pensando que (ejemplo: algo malo va a pasar) y es solo un pensamiento.
  • Estoy pensando que (ejemplo: no soy capaz) y es solo un pensamiento.
  • Ahí está el gremlin hablando.
  • Ahí está mi mente con su viejo hábito de juzgar o criticar.
  • O puedes decirte a ti mismo cualquier frase, de la forma que haga más sentido para ti, que te permita recordar que tus pensamientos son solo procesos mentales y no necesariamente la verdad.

Te recomiendo leer un libro de Russ Harris que brinda más de este tipo de herramientas. Se llama La Trampa de la Felicidad o The Happiness Trap y es uno de los mejores libros que he leído. Russ Harris es coach, terapeuta y médico.


Existe una metáfora que ha sido muy usada y es la de imaginar que tú eres el cielo y tus pensamientos son las nubes que pasan. Me gusta mucho esta metáfora porque implica que tú no eres las nubes, porque las nubes vienen y van, tú eres el cielo, ese espacio que siempre está, que permanece. Es decir que tú eres el observador que se da cuenta, no eres tus pensamientos que aparecen y desaparecen. Desidentificarnos de nuestra mente es muy útil, porque nos permite dejar pasar nuestros pensamientos, como dejamos pasar las nubes, sin pelar y sin engancharnos con ellos, reconociendo que sólo son procesos de la mente.


Existe otra técnica de mindfulness que sirve para relacionarte con tus emociones de manera más efectiva y tranquila y antes de explicarla voy a darte un ejemplo que refleja su utilidad. Recuerdo un día que fui al médico por los resultados de un examen y las noticias no fueron muy buenas. Naturalmente yo me sentí triste y preocupada y lo que hice, utilizando esta técnica, fue con compasión conmigo misma recordarme que es normal sentirse así cuando te dan un mal resultado de salud, aceptar aquella emoción, permitirme sentirla, y después de darme este espacio, tomar acción y llamar a pedir la cita médica con el especialista para resolver el tema. La tendencia natural, es querer deshacerse de la tristeza y de la preocupación, porque no son emociones agradables ni cómodas. Sin embargo, como explicábamos anteriormente, cuando peleamos con lo que sentimos, estamos creando un nuevo problema, porque además de tener la emoción o sensación incómoda o dolorosa, se genera una lucha interna con una parte de nosotros, lo cual produce otras emociones como por ejemplo rabia por tener la emoción y frustración por no poder deshacerse de ella, y es ahí cuando empezamos a sufrir. Tener la expectativa de siempre estar alegres y tranquilos o de nunca sentir dolor, es una expectativa poco realista, porque como seres humanos es normal sentir diversas emociones y sensaciones, de hecho es funcional, porque muchas veces estas emociones son las que nos movilizan a hacer cambios. Por ejemplo el miedo es el que me lleva a poner mi vida a salvo en una situación de peligro. El dolor de espalda es el que me lleva a sentarme bien o pararme y estirar, si llevo mucho tiempo en el computador y estoy en una mala postura. El dolor es parte de la vida, no podemos esperar una vida que sea solo comodidad. Especialmente cuando estamos viviendo en coherencia con nuestros valores e intentando alcanzar objetivos, van a existir momentos en los que sentiremos emociones incómodas, porque estamos saliendo de nuestra zona de comodidad. Por ejemplo, supongamos que yo asumo una nueva posición de liderazgo, con la que siempre había soñado. Seguramente me sentiré realizado, con la satisfacción de haber alcanzado mi objetivo, así como también habrá momentos en los que tendré que actuar bajo presión y me sentiré estresado y cansado.

A mí me gusta más invitar a mis clientes a relacionarse con su mente como lo harían con su hijo pequeño, con amor y compasión. Imagina a tu hijo, sobrino, o a cualquier niño pequeño, diciéndote muy asustado que tiene miedo porque cree que un monstruo gigante va a aplastar su casa. ¿Qué le dirías? Estoy segura que con mucho amor y compasión le dirías que eso está solo en su IMAGINACIÓN y lo invitarías a conectarse con el presente, a observar lo que está sucediendo con curiosidad. Es decir lo ayudarías a desarrollar su autoconciencia.


La autoconciencia, es la capacidad de observar lo que está sucediendo en nosotros y a nuestro alrededor. Existen diferentes técnicas tanto de mindfulness, meditación y muchas otras prácticas que te pueden ayudar a desarrollar tu autoconciencia. En esta ocasión voy a compartir contigo una técnica para centrarte y tomar perspectiva, que es la que yo utilizo en los aviones y en otras situaciones. De hecho el fin de semana pasado viaje de Bogotá a Medellín y me di cuenta que después de haber utilizado muchas veces la misma técnica, en la misma situación durante los últimos 10 meses, cada vez estoy sintiéndome más tranquila al viajar en avión y que los pensamientos de peligro aparecen con menos frecuencia y menos fuerza.


respira profundo y observa lo que está a tu alrededor
respira profundo y observa lo que está a tu alrededor
respira profundo y observa lo que está a tu alrededor

La idea es que después de utilizar estas herramientas que te permiten tomar conciencia de tus emociones y pensamientos, puedas enfocarte en actividades que estén en coherencia con tus valores y que te ayuden a crear la vida que quieres para ti.


Y cuando el pensamiento vuelva, porque es posible que vuelva, con amor y compasión vuelve a decirte a ti mismo “gracias mente”, o cualquiera de las opciones de frases que mencioné en la herramienta 4 y enfócate en lo que estabas haciendo. No te frustres cuando los pensamientos vuelvan una y otra vez, es la naturaleza de la mente, con paciencia, compasión, disciplina y práctica te será cada vez más fácil.

pensamientos de peligro, van a generar emociones de miedo
pensamientos de peligro, van a generar emociones de miedo
pensamientos de peligro, van a generar emociones de miedo

Cuando me doy el espacio para hacerme consciente de lo que está pasando en mí, tomo perspectiva, no actuó en piloto automático, y puedo elegir las acciones más efectivas que me llevarán a alcanzar los resultados que busco y a ser el tipo de líder y persona que quiero ser.

Este ejercicio es muy útil porque nos lleva a relacionarnos con nuestra mente y emociones desde la aceptación y no desde la pelea. Es la naturaleza humana tener pensamientos y emociones. Pelear con nuestra naturaleza solo va a generar más frustración y tensión dentro de nosotros.


Yo llevo 10 años practicando una técnica de meditación que se llama Shamatha Vipassana, que es una práctica de mindfulness, en la cual se usa la respiración como un ancla al presente. Siempre que veas a tu mente llevándote a lugares que no son útiles, recuerda que enfocarte en tu respiración y observar lo que está sucediendo a tu alrededor o en tu cuerpo, es una manera de volver al presente. Y cuando digo observar me refiero no solo a mirar, sino también escuchar, oler, probar y sentir.

Esta es una herramienta que te permite relacionarte con tus emociones de forma constructiva y que puedes realizar cuando aparecen emociones como el miedo, el estrés, la ansiedad, la tristeza, la rabia etc, o sensaciones físicas dolorosas o incómodas, como el dolor de espalda, cuello, estómago, etc. Por lo general tus emociones están localizadas en algún lugar de tu cuerpo como una sensación física. Pueden manifestarse como un nudo en la garganta, tensión en la espalda, presión en el pecho, dolor en el estómago etc.


En el momento en que aparezcan estas emociones o sensaciones conéctate con tu respiración y sigue estos pasos:


Pasos:

  • Respira profundo llevando toda tu atención a las sensaciones físicas en tu cuerpo y deja el foco de tu atención en aquella sensación que sientas con mayor intensidad.
  • Imagínate que al respirar estás llevando el aire a esa sensación física, al lugar de tu cuerpo donde la sientes y que al hacerlo estás permitiendo que esa sensación o emoción este ahí.
  • Cuando aparezcan pensamientos, porque van a aparecer, déjalos pasar como las nubes, y vuelve con tu atención a la respiración y a tu cuerpo, a observar y sentir con curiosidad esa sensación física o emoción.
  • Observa su ubicación, su tamaño, su temperatura, su forma. Y cuando te des cuenta que estas desconcentrado, no te juzgues por esto, ni intentes controlar tu mente, recuerda que es normal que la mente piense, y con paciencia y compasión contigo mismo dile a tu mente “gracias mente” y vuelve a enfocarte en la respiración y en tu cuerpo.
  • La idea es que repitas este proceso, de enfocarte en tu respiración y en las sensaciones físicas en tu cuerpo, específicamente en la sensación física que sientes con más intensidad, hasta que sientes que estés en paz con lo que está sucediendo. Estar en paz no quiere que te guste necesariamente, sino que aceptas lo que estás sintiendo, que puedes permitirte sentirlo.
  • Y una vez hagas esto respira profundo y observa lo que está a tu alrededor, conéctate con el presente, escucha, observa, toca huele, saborea y en vez de preocuparte, ocúpate en continuar haciendo aquellas cosas que generen valor para ti y que te lleven a producir los resultados que buscas.

Herramienta 5: Técnica para relacionarte con tus emociones de forma sana y efectiva.

Todo viene completo, el dolor es parte de la vida, así como la alegría también lo es. Prefiero usar el término alegría, que el termino felicidad, ya que me considero una persona muy feliz, no porque no tenga que enfrentar momentos difíciles o dolorosos, sino porque tengo la capacidad de aceptarlos y que no me produzcan sufrimiento. Cuando no aceptamos el dolor u otras sensaciones o emociones incómodas, esa no aceptación es la que genera el sufrimiento. Sufrimos porque no aceptamos la vida en su totalidad, con lo dulce y lo salado. La aceptación no significa que me tiene que gustar el dolor o la incomodidad. La aceptación no es masoquismo. Tampoco quiere decir renunciar, resignarnos, tomar una actitud pasiva o no hacer nada. ¡No! La aceptación es lo que me permite sentir emociones o sensaciones incómodas, observar su presencia y darme un momento para sentirlas. Cuando acepto, los niveles de lucha y de tensión corporal y emocional disminuyen, puedo observar de una manera más tranquila aquello que estoy sintiendo y al hacerme consciente de lo que me sucede, soy capaz de decidir cuál es la manera más efectiva de actuar y activamente generar los cambios que deseo; en vez de perder el tiempo dándole vueltas a pensamientos que me hacen sufrir. Si te das cuenta la aceptación te lleva a tomar una actitud mucho más proactiva y eficiente, que el quedarte luchando y sufriendo.


Para ilustrarlo mejor, voy a darte un ejemplo. Supongamos que tengo mi evaluación de desempeño y que en el periodo que terminó alcancé mi objetivo en un 60% y no en un 100%. Digamos que en mi mente hay pensamientos o creencias, de los cuales no soy muy consciente, como por ejemplo “mi jefe me va a despedir, voy a perder mi trabajo y no voy a poder mantener a mi familia”. Estos pensamientos van a generar en mí emociones como miedo y estrés y mi sistema nervioso va a hacer lo que el sistema nervioso hace: interpretar esta situación como una situación de peligro y generar una serie de respuestas fisiológicas para huir o atacar, como por ejemplo tensionar los músculos y producir adrenalina. Seguramente voy a terminar lleno de nudos, con dolor en la espalda y con unos niveles de estrés elevadísimos. En este estado emocional y físico voy a asistir a mi reunión de desempeño asustado, tratando de huir o de defenderme. Este estado va a impedir que sea capaz de escuchar y comunicarme con mi jefe de una manera productiva, en la que juntos podamos analizar la situación y establecer estrategias para mejorar en el siguiente periodo. Es decir mis pensamientos de peligro, van a generar emociones de miedo, que van a impedir que actúe con eficiencia, para lograr lo que deseo que es mantener mi trabajo.

Técnica de inteligencia emocional
Técnica de inteligencia emocional
Técnica de inteligencia emocional

Otra herramienta que puedes utilizar cuando aparezcan pensamientos que alimentan emociones como el estrés, la ira, la tristeza, el miedo, la ansiedad, etc. es preguntarte:

atención plena
atención plena
atención plena

El problema se da cuando creemos que todo lo que pensamos es verdad. Es importante desarrollar la habilidad de elegir qué pensamientos o creencias queremos alimentar y cuáles no.

Práctica diaria de mindfulness

Una vez hemos utilizado e incorporado todas estas maravillosas técnicas de mindfulness, que nos permiten traer a la luz lo que estaba en la oscuridad y aceptar nuestra realidad de una manera constructiva, ya podemos utilizar otras herramientas de coaching para activamente crear los resultados que buscamos.

Esta es una técnica de mindfulness que puedes empezar a practicar desde ya. La invitación es que incorpores esta práctica en tu rutina y la practiques todos los días 2 veces. Te va a tomar solo 5 minutos cada práctica. Puedes descargar un audio con la práctica de nuestro blog amayaco.com/blog/milena-acosta, y así te será más fácil escuchar las instrucciones al realizar el ejercicio.


Los pasos son los siguientes:

  • Siéntate, con tu columna vertebral recta, relajando tus músculos y cierra los ojos.
  • Observa cómo te sientes en este momento.
  • Escucha que te está diciendo tu mente. Que pensamientos están pasando por tu mente.
  • Siente las sensaciones físicas presentes en tu cuerpo.
  • Observa qué sentimientos o emociones están presentes.
  • Ahora lleva tu atención a la respiración.
  • Permite que el foco de tu atención esté en el movimiento de tu abdomen al inhalar y al exhalar.
  • Siente cómo tu abdomen y tu pecho se expanden cuando inhalas y como se contraen cuando exhalas.
  • Permite que tu respiración sea un ancla que te trae al presente, dejando toda tu atención en los movimientos que produce la respiración en esta zona de tu cuerpo.
  • Cuando te distraigas, sin juzgarte y con compasión, vuelve a poner tu atención en la respiración, en las sensaciones en tu abdomen y pecho al inhalar y exhalar.
  • Por último lleva tu atención a las sensaciones físicas en todo tu cuerpo a medida que respiras. Como si respiraras con todo el cuerpo. Al inhalar imagina que llevas el aire a las sensaciones corporales que estas sintiendo en este momento y deja tu atención en ellas, aceptándolas como son y permitiéndoles estar ahí.
  • Sigue respirando profundo y pasados 5 minutos o el tiempo que desees, abre tus ojos nuevamente.

Herramienta 7: Práctica diaria de mindfulness

Me gusta mucho la leyenda cherokee, en la que un viejo cherokee le cuenta a su nieto la historia de una batalla que ocurre en el interior de las personas. Dice así:


"Hijo mío, existe una batalla entre dos lobos en el interior de todos nosotros".


"Uno es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, soberbia, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego."


"El otro es alegría, paz amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad,

benevolencia, amistad, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe."


El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo:


“¿Qué lobo gana?”


El viejo cherokee respondió: "Aquél al que tú alimentes."

¿Quiero invertir mi energía en esto?


“Esto” puede ser una emoción o un pensamiento. Una cosa es aceptar y permitirnos sentir nuestras emociones o dejar pasar nuestros pensamientos y otra muy distinta es engancharnos en diálogos mentales o en actividades que alimentan estas emociones o pensamientos.


O también puedes preguntarte:


¿Este pensamiento o creencia es útil?


No se trata de quedarte enganchado discutiendo con tu mente si el pensamiento es verdadero o falso. Tu mente seguramente podrá encontrar muchos argumentos tanto para sustentar que es lo uno o lo otro. Es mucho más efectivo preguntarte si el pensamiento o creencia es útil para ti.


La creencia es útil, si te empodera y mueve hacia adelante; si te está impulsado al logro de tus objetivos; si te está ayudando a vivir en coherencia con tus valores; si te está ayudando a ser la persona que quieres ser y a llevar la vida que quieres para ti. Si es así, es útil conservar este pensamiento y alimentar esta creencia.


Pero si por el contrario la creencia no te empodera, te mantiene miedoso e inseguro; desgasta tu energía y te encierra en una zona conocida de la cual no es posible salir a alcanzar tus objetivos, entonces el pensamiento no es útil y no vale la pena alimentar esta creencia.

Herramienta 6: Técnica de inteligencia emocional.

Puede que al comienzo no sea tan fácil, o que unos días sea más fácil que otros. Algunas veces esas nubes están cargadas de rayos y lluvia y otras veces el cielo está más despejado, es normal así es la mente. La buena noticia es que con la práctica te sentirás cada vez más cómodo utilizando estas herramientas y verás los cambios en tu vida y tu liderazgo. Recuerda que es un proceso y los procesos toman tiempo.


Algunas de estas técnicas de las que hemos hablado están relacionadas con la aceptación y con mindfulness también llamado en español atención plena. Si quieres leer más al respecto te recomiendo el libro de Mindfulness o Atención Plena de Mark Williams y Danny Penman, que trae ejercicios que te ayudarán a desarrollar la autoconciencia. Si no desarrollamos nuestra autoconciencia es como si estuviéramos actuando todo el tiempo en piloto automático, sin ser conscientes de los pensamientos que generan nuestras emociones y sin decidir conscientemente cómo queremos reaccionar.


Recuerda que es humano tener pensamientos negativos y emociones incómodas. El objetivo no es controlar tus pensamientos, sino desafiarte a ti mismo para controlar tus reacciones, que son la manera en la cual respondes a lo que está sucediendo. Es ahí donde está tu poder, en decidir cómo quieres actuar de tal forma que puedas alcanzar tus objetivos.

Entrevista a personas exitosas
Entrevista a personas exitosas
Entrevista a personas exitosas
Identifica las fortalezas que te ayudarán a alcanzar tus objetivos
Identifica las fortalezas que te ayudarán a alcanzar tus objetivos
Identifica las fortalezas que te ayudarán a alcanzar tus objetivos

Un ejercicio sencillo que te invito a realizar, es hacer una encuesta en la cual le preguntes a 25 personas que fortalezas ven en ti. Envíale las preguntas a las personas que tienes a cargo, a tus pares, a tus superiores, a tus amigos, y a tus familiares. Una vez tengas las respuestas de 25 personas, consolida la información, identifica las fortalezas que otros ven en ti, observa qué se repite y cuáles de esas fortalezas que puedes utilizar como recursos que te ayuden a alcanzar tu objetivo.

Un ejercicio que puedes realizar para afirmar tus nuevas creencias y obtener ideas para tu plan de acción, es hablar con 3 personas que hayan alcanzado con éxito la meta que tú deseas alcanzar.


Realizando este ejercicio con la ayuda de un coach profesional, junto con otros ejercicios y varios pasos que se llevan a cabo en los procesos de coaching, vas a poder ampliar tu perspectiva, encontrar más posibilidades y alternativas y tú mismo vas a descubrir una nueva forma de ver las cosas con la que te sentirás empoderado.

Herramienta 10: Entrevista a personas exitosas.

En el caso del ejemplo que di anteriormente, hacer este ejercicio le permitió a mi cliente darse cuenta que ya poseía fortalezas que eran claves para alcanzar su objetivo de posicionarse como líder, y a lo largo del proceso generó estrategias en las que podía usar esas fortalezas para guiar a sus colaboradores en la implementación de mejoras.


Una vez fue consciente de sus fortalezas, empezamos a explorar qué era aquello que le estaba impidiendo producir los resultados que buscaba. En este proceso mi cliente descubrió que en su mente existían creencias limitantes y saboteadoras. Dos de estas creencias eran:


  1. “No tengo las habilidades que se requieren para liderar a este equipo”.

  2. “Mejor no discuto con mi equipo, porque si lo hago voy a generar conflicto y ellos no me van a querer como querían al líder anterior, y no voy a lograr su aceptación”.


Este tipo de creencias hacían que mi cliente se sintiera muy inseguro cuando tenía que exponer sus ideas frente al equipo. Como consecuencia, al estar nervioso no desarrollaba y sustentaba sus argumentos con firmeza y seguridad y como resultado no lograba convencer a su equipo de que implementaran sus ideas de mejora. Mientras mi cliente continuara pensando de la misma manera, iba a ser muy difícil alcanzar sus objetivos. Como dijo Albert Einstein los problemas no pueden resolverse desde la misma mentalidad con la que fueron creados.


Para realizar este trabajo de ampliar la perspectiva, desafiar las creencias limitantes y crear creencias que empoderen, me gusta mucho utilizar el modelo de Robert Kegan y Lisa Lahey. Si quieres leer más al respecto te recomiendo su libro de Immunity to Change o Inmunidad al Cambio. Lo que más me gusta del modelo, es que explica la razón por la cual no logramos cambiar o alcanzar nuestros objetivos. Por ejemplo, supongamos que cada vez que considero que mis hijos o colaboradores no están comportándose de manera adecuada, reacciono de muy mal humor y les grito. Yo ya me he hecho consciente de esta situación y he establecido como objetivo comunicarme de manera más amable y respetuosa. Sin embargo tengo la creencia de que si no los regaño y expreso mi mal humor, no me van a hacer caso, no van seguir mis instrucciones y yo no voy cumplir con mis responsabilidades como madre o como líder de equipo. Y yo también estoy totalmente comprometida con ser una líder o madre responsable. Entonces mientras yo siga creyendo que “si no regaño a mis hijos o equipo, no voy a cumplir con mi objetivo de ser responsable”, va a ser imposible que yo cumpla con mi objetivo de tratarlos con respeto y que deje de gritarles. Por causa de esta creencia es que mis dos compromisos compiten y que será muy difícil alcanzar mi objetivo.


Si te das cuenta la creencia limitante, es la que pone a competir dos objetivos que son importantes. Sin embargo si esta creencia no existiera, los dos compromisos no competirían y sería posible tanto comunicarse con respeto y amabilidad, como ser responsable.


En los procesos de coaching acompaño a mis clientes, a través de varios pasos y de algunas sesiones, a tomar conciencia de sus creencias limitantes y de los compromisos que compiten; descubrir los costos de apegarse a estas creencias; entender el impacto que tienen sobre sus resultados; encontrar en la realidad evidencias que muestren que estas creencias no son necesariamente verdad; generar acciones que permitan desafiar estas suposiciones, y descubrir nuevas creencias que sean útiles y los ayuden a alcanzar los resultados que buscan. Una vez la persona ha realizado este proceso de desafiar sus suposiciones y ampliar su perspectiva, es cuando su visión cambia y genera por misma creencias que empoderan y que producen en su cerebro una programación diferente que facilita nuevos comportamientos. Y es así cuando de manera natural las creencias limitantes pierden su fuerza y se generan nuevas creencias más expansivas, desde las cuales vas a ser capaz de diseñar estrategias que antes eran impensables y de hacer cosas nuevas que te permitan alcanzar tus metas. Estas son el tipo de afirmaciones (o mantras) que realmente funcionan y que puedes recordar y repetir, porque son construidas por ti mismo gracias a un proceso de cambio de perspectiva.

Herramienta 8: Identifica las fortalezas que te ayudarán a alcanzar tus objetivos.

Supongamos que tu objetivo es crear tu propia empresa y estás comprometido con ese objetivo. Con el apoyo de un coach profesional certificado, descubriste que tu creencia limitante era: “si soy independiente voy a perder el nivel de vida al cual estoy acostumbrado y no voy a poder darme los gustos que actualmente me doy”. También descubriste que estás comprometido con mantener un nivel de vida con tus gustos y comodidades actuales. Mientras tú creas que esa creencia es verdad, va ser muy difícil que comiences tu propia empresa. Entonces puedes hablar con 3 emprendedores, que sean dueños de sus propios negocios, y preguntarles cuáles son sus creencias al respecto y qué hicieron para comenzar su emprendimiento.

Una vez hayas descubierto cuales son las creencias que te limitan y los compromisos que compiten, ya estás listo para ampliar tu perspectiva y generar nuevas creencias que te empoderen. Este proceso de cambio de creencias es complejo y es fundamental para generar transformaciones reales y resultados sostenibles en el tiempo. Por eso es recomendable trabajar con un coach profesional certificado que tenga la experiencia para guiarte. 

Herramienta 9: Identificar las creencias que te limitan, los compromisos que compiten y generar nuevas creencias que te empoderen.

En coaching utilizamos un enfoque apreciativo y esto significa que nos apalancamos en nuestras fortalezas para desde ahí construir. Es más fácil identificar cuáles son los recursos internos con los que ya cuentas y utilizarlos a tu favor para alcanzar tus metas.

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Herramienta 11: Construcción de un plan de acción efectivo. 

Una vez hayas realizado tu plan de acción ya estás listo para ponerlo en marcha.


Estas son herramientas que puedes empezar a utilizar desde ya y por tu cuenta. Sin embargo algunas veces los procesos son más fáciles, más rápidos y más efectivos, cuando tenemos la mirada y la ayuda de un profesional. 


Recuerda que somos humanos y que es natural y normal tener pensamientos negativos o sentir emociones incómodas: La buena noticia es que podemos elegir cómo actuar y aprender a relacionamos con lo que pensamos y sentimos de una manera efectiva que contribuya al logro de nuestros objetivos.

Después de haber realizado un proceso de coaching, en el que ampliaste tu perspectiva e incorporaste creencias más útiles, ya estás listo para diseñar nuevas estrategias y generar planes acción que te lleven a alcanzar tu objetivo. Para crear tu plan de acción te recomiendo escribirlo, siguiendo estos pasos:


  1. Escribe cuál es tu objetivo. Recuerda que vas a comenzar focalizándote en un solo objetivo.
  2. Escribe cuál es el valor o los valores alineados con tu objetivo.
  3. Escribe la nueva creencia expansiva que te empodera, la que descubriste durante el proceso de coaching y la cual va a ser útil recordar en los momentos difíciles.
  4. Establece 3 nuevas acciones que vas a realizar para alcanzar tu objetivo y que todavía no has realizado. Estas son acciones que eran impensables antes de desafiar las creencias limitantes y con las cuales ahora te sientes cómoda al haber ampliado tu perspectiva y generado nuevas creencias expansivas.
  5. Para cada acción establece: Qué vas a hacer, lo cual debe ser una acción específica y cuándo lo vas a hacer, que determina día, fecha, hora, y duración.


El qué y cuándo deben ser muy específicos. Por ejemplo si mi objetivo es bajar 3 kilos, la acción no puede ser comer más sano, porque no es específica. La acción puede ser todas las noches a la hora de la comida tomar una sopa de verduras 3 horas antes de irme a dormir, hasta que baje los 3 kilos. Ahí ya estoy estableciendo una acción específica, con un horario específico y una duración específica.


  6. Establece una estructura que te ayude a poner en marcha tu plan de acción. Por ejemplo la estructura puede ser poner una alarma todos los días a las 6:30 de la tarde, para que cuando suene, te lleve a la cocina a preparar la sopa de verduras.


Estos dos últimos pasos de determinar el qué, el cuándo y la estructura, los realizas con las 3 acciones.